Bills derrotan a los Delfines en un duelo cargado de tensión
El Highmark Stadium fue testigo de una noche intensa donde los Bills de Buffalo confirmaron que su arranque de temporada no es casualidad. Con una ofensiva precisa y una defensa que supo aparecer en los momentos clave, Buffalo venció 31-21 a los Delfines de Miami, asegurando su tercera victoria consecutiva y manteniendo un récord perfecto que los coloca en la cima de la división Este de la NFL.
Josh Allen, quien llegó al encuentro con la etiqueta de Jugador Más Valioso en 2024, demostró por qué es considerado uno de los mejores mariscales de campo de la liga. Su liderazgo, serenidad y capacidad para resolver jugadas bajo presión marcaron la diferencia en un partido que exigió concentración y paciencia.
El momento decisivo que inclinó la balanza
El duelo fue cerrado hasta que una jugada cambió el rumbo. En un cuarto intento, una penalidad de Zach Sieler por contacto con el pateador abrió la puerta a una ofensiva que Allen no desperdició. Con temple y precisión, lanzó un pase de 15 yardas a Khalil Shakir que significó el touchdown definitivo y desató la euforia en las gradas de Buffalo.
Ese error de Miami terminó pesando más que cualquier otra estadística. Los Delfines habían logrado mantenerse cerca en el marcador, pero la falta de disciplina les costó caro frente a un rival que no perdona.
Josh Allen, el motor ofensivo de Buffalo
Con 213 yardas y tres touchdowns, Allen volvió a confirmar que está en modo MVP. Completó 22 de 28 pases, mostrando eficiencia y control absoluto del juego aéreo. Su capacidad para extender jugadas y leer a la defensiva rival marcó el ritmo del partido.
La conexión con Shakir y la efectividad en tercer intento (seis de once) reflejaron el crecimiento ofensivo de los Bills, que no solo dependen de Allen, sino también de un esquema cada vez más sólido.
Tua Tagovailoa y la amarga noche de Miami
Del otro lado, Tua Tagovailoa tuvo una noche de altibajos. Conectó 22 de 34 pases y consiguió dos touchdowns, pero una intercepción crucial en el último cuarto selló el destino de Miami. Cuando parecía que los Delfines podían empatar el juego, su intento de pase hacia Jaylen Waddle fue interceptado y con ello se desvanecieron sus aspiraciones.
La presión mediática y las derrotas consecutivas han puesto a Tagovailoa en el ojo del huracán. Aunque mostró destellos de talento, los errores en momentos clave siguen siendo un obstáculo para su consolidación.
El peso del juego terrestre y los errores de Miami
Miami intentó equilibrar el partido con pases cortos y un juego terrestre constante, pero los errores cometidos en momentos decisivos fueron imposibles de compensar. Buffalo, por su parte, aprovechó el talento de James Cook, quien con 19 acarreos acumuló 108 yardas y un touchdown, consolidando la superioridad de los locales.
Cook se ha convertido en una pieza clave que complementa el arsenal ofensivo de Allen, ofreciendo a Buffalo un ataque balanceado y difícil de detener.
Buffalo manda en la división
Con este triunfo, los Bills se mantienen como líderes invictos de la división Este, mientras que Miami se hunde en el último lugar tras hilar su tercera derrota. La diferencia entre ambos equipos no solo está en el marcador, sino en la manera en la que encaran los momentos de presión.
Buffalo luce como un contendiente sólido para pelear por el campeonato, mientras Miami deberá trabajar en disciplina y confianza si quiere revertir su rumbo antes de que la temporada se le escape de las manos.
TE PODRÍA INTERESAR