La escudería francesa Alpine F1 se hunde en una crisis de credibilidad y resultados, con cambios de pilotos desesperados y la controvertida figura de Flavio Briatore moviendo los hilos.
La escudería Alpine F1 vive horas críticas tras la abrupta salida de Jack Doohan y la promoción de Franco Colapinto, en una maniobra que huele a desesperación y que tiene la inconfundible firma de Flavio Briatore, cuyo regreso como asesor ejecutivo parece haber acelerado el caos en Enstone. ¿Es este el fondo del pozo para Alpine o simplemente un martes más en su autodestrucción televisada?
La temporada 2025 prometía ser de consolidación para Alpine, pero se ha convertido en un auténtico calvario. Con un rendimiento paupérrimo que los tiene anclados en la novena posición de constructores , la presión financiera se vuelve asfixiante, con una pérdida estimada de 30 millones de dólares en premios si no revierten la situación. En este contexto, la decisión de reemplazar al novato Jack Doohan después de solo seis carreras por Franco Colapinto, inicialmente por cinco Grandes Premios , ha encendido todas las alarmas.
Briatore: ¿Salvador o Sepulturero?
La figura de Flavio Briatore, tristemente célebre por el «Crashgate» de Singapur 2008, vuelve a ser protagonista. Sus declaraciones, primero estableciendo un límite de cinco carreras para Colapinto y luego sugiriendo que «no hay límite establecido» si el argentino rinde , evidencian una gestión errática y cortoplacista. Sus críticas públicas hacia Doohan, afirmando que «esperaba más de él» , no hacen sino minar la moral y la imagen del equipo.
«Franco correrá lo que sea necesario. Leí en alguna parte que tendrá cinco carreras, pero no, no hay un límite establecido para sus carreras. Necesita ser rápido, no chocar y sumar puntos.» – Flavio Briatore, Asesor Ejecutivo de Alpine.
Esta inestabilidad se vio agravada por la dimisión del Team Principal Oliver Oakes justo antes del anuncio del cambio de pilotos. Aunque Briatore negó cualquier disputa, alegando «razones personales» para la salida de Oakes , el timing es, cuanto menos, sospechoso. Fuentes del paddock sugieren que Oakes no estaba de acuerdo con la creciente influencia de Briatore y la forma en que se estaba manejando la alineación de pilotos. Ahora, con Briatore asumiendo más responsabilidades , la pregunta es quién realmente dirige el barco en Alpine.
El Factor Colapinto: Talento, Patrocinio y Presión Extrema
Franco Colapinto, un piloto con talento demostrado y que, según reportes, trae consigo un importante respaldo económico de patrocinadores sudamericanos , aterriza en un asiento caliente. La exigencia de Briatore es clara: «ser rápido, no chocar y sumar puntos». Una tarea titánica para un piloto que, aunque prometedor, se enfrenta a una presión desmedida y a un coche que está lejos de ser competitivo.
Su debut en Imola no fue sencillo, con un accidente en clasificación que ya pone a prueba la paciencia de Briatore, quien había enfatizado la necesidad de evitar choques. Además, Colapinto ya ha tenido que lidiar con la toxicidad de las redes sociales, pidiendo respeto a sus propios aficionados tras los mensajes de odio dirigidos a Yuki Tsunoda por un incidente en pista, y anteriormente hacia Jack Doohan. Este tipo de situaciones extradeportivas solo añaden más leña al fuego en un equipo que parece consumirse desde dentro.
Inversores de Alto Perfil: ¿Hasta Cuándo la Paciencia?
La caótica situación de Alpine no solo afecta su rendimiento deportivo y financiero, sino también su imagen ante un grupo de inversores de alto perfil que incluye a celebridades como Patrick Mahomes, Travis Kelce y Ryan Reynolds. Estos nombres, acostumbrados al éxito y a una gestión profesional, difícilmente verán con buenos ojos el espectáculo de inestabilidad y las polémicas que rodean al equipo. Una continua espiral de malos resultados y dramas internos podría llevar a estos inversores a reconsiderar su participación, añadiendo otra capa de incertidumbre al futuro de Alpine en la Fórmula 1.
La gestión de Alpine se asemeja más a un reality show que a un equipo de élite de F1. La puerta giratoria de pilotos y directivos, la influencia omnipresente y controvertida de Briatore, y la aparente priorización de factores económicos sobre la estabilidad deportiva pintan un panorama desolador. La escudería francesa necesita urgentemente un golpe de timón, una visión clara y un liderazgo fuerte si quiere evitar convertirse en la burla permanente del paddock.
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