México está a punto de vivir un momento histórico en 2026 al convertirse en anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol, junto con Estados Unidos y Canadá. Este evento promete traer no solo a miles de fanáticos, sino también una enorme oportunidad para posicionar a México como un referente en turismo y economía. Con la llegada de este torneo, el país tiene la oportunidad de presentar una experiencia auténtica y de impacto que atraiga a millones de visitantes y deje una huella duradera en su economía y reputación global.
Un impulso sin precedentes al turismo y la economía
La Copa Mundial de 2026 tendrá la capacidad de atraer a más de 9 millones de visitantes en las tres sedes mexicanas —Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León—, lo que representa una gran oportunidad de ingresos y empleos para las comunidades locales. A nivel global, el turismo deportivo se ha convertido en un motor económico clave, y México puede beneficiarse de ello si logra cautivar a los visitantes internacionales, quienes no solo vendrán a ver el fútbol, sino a explorar y vivir la cultura mexicana.
Además, el turismo mundial ya ha demostrado que los eventos de este nivel benefician a largo plazo a los países sede. En el caso del Mundial de 2006, Alemania pasó de ser el octavo país en recepción de turistas al tercero. México cuenta con todo el potencial para aprovechar esta plataforma y seguir posicionándose como un destino clave en el turismo mundial.
Preparación integral para un turismo único y de calidad
Con una visión amplia, el gobierno mexicano ha comenzado a coordinarse con los gobiernos estatales de las tres sedes del Mundial. Estos comités, con el respaldo de la Secretaría de Turismo (SECTUR), han iniciado una estrategia de organización que permitirá garantizar la mejor experiencia a los turistas. La secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez, ha resaltado la importancia de trabajar con la FIFA, la Federación Mexicana de Fútbol y autoridades estatales y locales para asegurar que esta justa deportiva sea más que un espectáculo en estadios; la meta es brindar una experiencia turística completa y segura.
La estrategia que se está diseñando no se basa solo en infraestructura de estadios y movilidad, sino que también abarca la logística, la seguridad, la hospitalidad, y por supuesto, las actividades culturales y turísticas en los alrededores de los eventos. Esto se alinea con la tendencia del turismo actual, en el que los visitantes buscan experiencias activas, auténticas y transformadoras.
Cultura, gastronomía y tradiciones: la oferta mexicana para los turistas
El plan es que cada aficionado que visite México durante el Mundial de 2026 se encuentre con algo más que un torneo de fútbol. Desde la diversidad de culturas indígenas hasta los paisajes naturales y la riqueza gastronómica, México tiene una oferta sin igual que podría convertir cada visita en una experiencia inolvidable. Las tres ciudades sede, cada una con su estilo y personalidad, ofrecerán recorridos y eventos paralelos que permitan a los turistas adentrarse en el alma de México.
Desde la tradicional fiesta de mariachi en Jalisco hasta el sabor único de la gastronomía de Nuevo León, pasando por la historia y cultura vibrante de la Ciudad de México, cada ciudad será una anfitriona que mostrará la identidad de México. Así, los visitantes podrán disfrutar tanto de la pasión por el fútbol como de la belleza, hospitalidad y tradiciones que México ofrece, motivándolos a regresar.
Turismo inclusivo y desarrollo comunitario en México
Un aspecto importante de la estrategia nacional de turismo es el enfoque inclusivo y participativo. Desde SECTUR se ha planteado la idea de “democratizar el fútbol”, asegurando que los beneficios de este gran evento no queden solo en las ciudades sede. El plan incluye el fomento de visitas a otros destinos menos conocidos, lo que permitirá expandir el impacto económico en comunidades cercanas a las principales ciudades.
Este modelo permitirá que los turistas conozcan el México auténtico, generando empleo y oportunidades de ingresos adicionales en regiones donde el turismo generalmente no llega. Al involucrar a las comunidades locales, México puede crear una red de turismo sostenible, logrando que el beneficio de este evento trascienda más allá de la Copa Mundial y promueva el desarrollo a largo plazo.
Retos y oportunidades en el camino hacia el Mundial 2026
No cabe duda de que el Mundial 2026 representa un desafío logístico y organizativo enorme. Sin embargo, la capacidad de México para ejecutar grandes eventos no es nueva: el país ya ha sido sede de los Juegos Olímpicos en 1968 y del Mundial de Fútbol en 1970 y 1986, consolidándose como un excelente anfitrión en competiciones de esta magnitud.
Para que México brille ante el mundo, es esencial que los preparativos de seguridad y hospitalidad estén bien coordinados y que la infraestructura se mejore adecuadamente. Este proceso no solo generará beneficios durante el Mundial, sino que quedará como un legado duradero para los mexicanos, en el que el turismo y la economía se fortalecerán gracias a una imagen sólida de México como un destino seguro y acogedor.
El Mundial de 2026 como detonante de un nuevo modelo de turismo
Aprovechar esta gran oportunidad implica también construir un modelo de turismo que funcione en el largo plazo. El Mundial de Fútbol de 2026 tiene el potencial de iniciar una transformación en la política turística del país, y México debe tomar esta oportunidad para mejorar su imagen y atraer a turistas de todas partes del mundo durante los años siguientes.
Con una estrategia bien definida y la colaboración entre gobiernos, empresas y comunidades, México puede brillar como un anfitrión destacado y consolidar una industria turística de calidad que deje un legado positivo en su economía, cultura y sociedad.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil
TE PODRÍA INTERESAR