¿Cansado de las multitudes, los precios desorbitados y las colas interminables en las capitales europeas? En 2025, los viajeros más inteligentes están adoptando una nueva estrategia: explorar las «ciudades secundarias». Descubre por qué cambiar Ámsterdam por Utrecht es la mejor decisión.
Hay una revolución silenciosa en marcha en el mundo de los viajes. Mientras las grandes capitales como París, Roma y Barcelona luchan contra el peso del sobreturismo, una nueva generación de viajeros está descubriendo el encanto de sus «hermanas pequeñas». El second-city travel, o viaje a ciudades secundarias, no es solo una forma de evitar las masas; es una declaración de intenciones, una búsqueda de autenticidad, calma y una conexión más profunda con el lugar que se visita.
Las cifras lo respaldan: un 67% de los viajeros afirma que quiere visitar lugares menos concurridos en sus próximas vacaciones. Esta no es una moda pasajera, sino la respuesta lógica a un modelo de turismo que ha llegado a su límite.
¿Por Qué una ‘Segunda Ciudad’?: La Alegría de Perderse lo Típico (JOMO)
El concepto de JOMO (Joy of Missing Out, o la alegría de perderse algo) está ganando terreno al FOMO (Fear of Missing Out, el miedo a perderse algo). Los viajeros están descubriendo que saltarse las atracciones turísticas abarrotadas y las trampas para turistas conduce a una experiencia mucho más relajada y gratificante. Se reporta menos estrés y una mayor capacidad para reconectar con los seres queridos y con uno mismo.
Las ciudades secundarias ofrecen precisamente eso: la oportunidad de experimentar la cultura de un país de una forma más genuina, a un ritmo más pausado y, a menudo, a un costo mucho menor.
Si te Gusta Ámsterdam, Amarás Utrecht
Utrecht es el ejemplo perfecto de una ciudad secundaria que brilla con luz propia. A menudo eclipsada por su famosa vecina, esta joya holandesa ofrece una experiencia igual de encantadora, pero mucho más relajada.
- Canales sin caos: Utrecht tiene una red de canales de dos niveles única en el mundo, bordeada de cafés y restaurantes en las antiguas bodegas. Puedes pasear o navegar por ellos sin las multitudes de Ámsterdam.
- Corazón medieval: Su centro histórico es compacto y está dominado por la imponente Torre Dom, la más alta de los Países Bajos. Es una ciudad para ser explorada a pie o en bicicleta, su medio de transporte predilecto.
- Ambiente vibrante: Como ciudad universitaria, Utrecht tiene una energía joven y una cultura de cafés y eventos que la mantiene viva durante todo el año.
Más Allá de los Países Bajos: Otras Alternativas Inteligentes
Este modelo comparativo se puede aplicar en toda Europa. Los viajeros expertos están haciendo cambios inteligentes en sus itinerarios:
- En lugar de Roma, descubre Bolonia: Cambia las multitudes del Coliseo por la capital culinaria de Italia. Bolonia, con sus soportales históricos y su ambiente universitario, ofrece una inmersión auténtica en la vida italiana.
- Escapa de Lisboa y explora Oporto: Mientras Lisboa se enfrenta a una creciente popularidad, Oporto mantiene un encanto más rústico y melancólico. Sus bodegas de vino a orillas del Duero y su centro histórico decadente y hermoso son una experiencia inolvidable.
- En vez de Múnich, visita Leipzig: Leipzig, en el este de Alemania, está emergiendo como un centro cultural y artístico, a menudo apodado «el nuevo Berlín». Ofrece una escena creativa vibrante a una fracción del costo y las multitudes de las grandes ciudades bávaras.
Joyas Ocultas También en Estados Unidos
La tendencia no se limita a Europa. En Estados Unidos, los viajeros nacionales también están buscando alternativas a los grandes centros turísticos como Nueva York o Los Ángeles. Ciudades como Providence (Rhode Island), con su encanto de Nueva Inglaterra y su escena artística, o Madison (Wisconsin), construida alrededor de lagos y con una gran calidad de vida, están ganando popularidad como destinos que ofrecen una experiencia americana diferente y más auténtica.
En 2025, el verdadero lujo no es visitar el lugar más famoso, sino el que te permite conectar de verdad. Las ciudades secundarias no son un plan B; son la elección inteligente del viajero moderno.


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