Uno de los principales factores detrás de las manos frías es la circulación. El Síndrome de Raynaud es una de las causas más comunes. Esta condición afecta los vasos sanguíneos de los dedos, provocando que se contraigan y reduzcan el flujo de sangre.
Durante un episodio, los dedos pueden ponerse blancos o azulados y sentirse entumecidos o doloridos. Aunque el Raynaud suele ser benigno, es importante vigilar los síntomas, ya que pueden complicarse.
Otras condiciones relacionadas con una mala circulación:
- Esclerodermia: Endurecimiento de la piel que afecta los vasos sanguíneos.
- Lupus: Enfermedad autoinmune que puede dañar múltiples sistemas del cuerpo, incluyendo la circulación.
- Enfermedad de Buerger: Afección que reduce el flujo sanguíneo en manos y pies, común en fumadores.
¿Qué enfermedades pueden estar asociadas con las manos frías?
Además de problemas circulatorios, las manos frías pueden ser un síntoma de condiciones como:
Enfermedades autoinmunes:
- Lupus: Puede causar inflamación y daño en vasos sanguíneos y tejidos.
- Síndrome de Sjögren: Produce sequedad en mucosas y afecta el flujo sanguíneo.
Otros trastornos:
- Anemia: La falta de glóbulos rojos limita el oxígeno que llega a las extremidades.
- Compresiones nerviosas: Condiciones como el túnel carpiano o lesiones cervicales pueden causar entumecimiento, hormigueo y sensación de frío en las manos.
¿Cuándo debemos preocuparnos?
Si las manos frías vienen acompañadas de los siguientes síntomas, es momento de acudir al médico:
- Cambios de color en los dedos (blanco, azul o rojo).
- Entumecimiento o dolor persistente.
- Aparición de llagas o lesiones que no sanan.
- Piel tensa o brillante.
Estos signos pueden indicar afecciones graves como esclerodermia o problemas en los nervios, que requieren atención médica especializada.
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