Pocos motores han logrado convertirse en un símbolo dentro de una marca como lo ha hecho el motor de cinco cilindros en línea de Audi. En 2026, este bloque icónico cumple 50 años de historia, medio siglo marcado por innovación, sonido inconfundible y un legado profundo en el automovilismo deportivo.
Este motor no solo representa potencia; es parte del ADN de la firma de los cuatro aros y uno de los desarrollos más reconocibles del Grupo Volkswagen.
El origen del cinco cilindros
Detrás del nacimiento del motor Audi de cinco cilindros estuvo Ferdinand Piëch, una de las figuras más influyentes en la historia del automóvil. Aunque el diseño comenzó cuando trabajaba para Mercedes-Benz, fue tras su llegada a Audi en 1972 cuando el proyecto tomó forma definitiva.
A diferencia de otros desarrollos similares pensados para diésel, Audi apostó por un motor a gasolina, compacto y equilibrado. La idea era clara: ofrecer más potencia que un cuatro cilindros, sin los compromisos de espacio y peso de un V6.
1976: el debut con el Audi 100
El primer modelo en montar este motor fue el Audi 100, lanzado en 1976. Un sedán mediano de enfoque premium que buscaba destacar por suavidad, refinamiento y respuesta mecánica.
El cinco cilindros se adaptaba mejor al cofre, mejoraba la distribución de peso y ofrecía una marcha más fluida. Desde entonces, Audi encontró en este bloque una identidad técnica propia, distinta a la de sus competidores.

Audi Quattro y la leyenda en los rallies
La verdadera fama llegó en los años 80 con el Audi Quattro, el modelo que cambió para siempre el Campeonato Mundial de Rallies. Equipado con el cinco cilindros turbo y tracción integral, Audi dominó la era del Grupo B, logrando campeonatos tanto de pilotos como de constructores.
Las regulaciones obligaron a producir una versión de calle, hoy mítica. Entre 1980 y 1981 se fabricaron 11,452 unidades, convirtiéndolo en uno de los deportivos más deseados de la época.
Años 90: el RS2 y la alianza con Porsche
Tras un periodo discreto, el cinco cilindros regresó con fuerza en los años 90 gracias al Audi RS2, desarrollado en colaboración con Porsche. Este modelo no solo marcó el regreso del motor al alto rendimiento, también creó un nuevo segmento: el wagon deportivo.
Con producción limitada y prestaciones adelantadas a su tiempo, el RS2 es hoy una pieza de colección y uno de los Audi más venerados por los entusiastas.
Después del RS2, hubo que esperar hasta 2009 para ver nuevamente este bloque en acción. El 2.5 litros turbo de cinco cilindros debutó en el TT RS y rápidamente se ganó un lugar en modelos como el RS3 y el RS Q3.
Su potencia, fiabilidad y carácter lo llevaron incluso fuera de Audi. Marcas como Cupra, con el Formentor VZ5, y algunos fabricantes artesanales han utilizado este motor, comprado directamente a la firma alemana.
¿El posible final se acerca?
Todo indica que el motor de cinco cilindros está viviendo sus últimos años. La llegada de la normativa Euro 7, sumada a los altos costos de reingeniería y su producción limitada, hacen poco viable su continuidad más allá de 2026.
De confirmarse su despedida, dirá adiós a uno de los motores más carismáticos y emocionantes del mercado actual, dejando un legado que difícilmente será igualado en la era eléctrica.