sábado, diciembre 27, 2025

Doomscrolling: la razón científica por la que sigues viendo reels hasta tarde

El doomscrolling no es falta de fuerza de voluntad: la ciencia explica cómo tu cerebro queda atrapado en ciclos de dopamina, estrés y búsqueda compulsiva.

El doomscrolling se ha convertido en un hábito moderno tan común que probablemente lo viviste anoche, sin darte cuenta. Son las 2:30 AM, la habitación está a oscuras y lo único iluminado es la luz azul del teléfono, mientras tu dedo sigue deslizándose por videos cortos, noticias alarmantes, memes virales y actualizaciones caóticas del mundo.

Y aunque te dices “ya, este es el último”, aparece otro clip que captura tu atención… y luego otro más. Así inicia, sin resistencia, el ciclo del doomscrolling, la palabra clave objetivo de este artículo y un fenómeno respaldado por décadas de evolución biológica.

¿Qué es el doomscrolling y por qué domina nuestras noches?

El doomscrolling es el hábito de consumir grandes cantidades de contenido angustiante o negativo, principalmente a altas horas de la noche. Pero lo que muchos creen que es falta de voluntad es, realmente, un mecanismo cerebral ancestral.

Nuestro cerebro evolucionó para buscar amenazas, detectar riesgos y mantenerse en alerta para sobrevivir. TikTok, Instagram y X no existían entonces, pero el instinto sigue ahí, intacto.

Así, al iniciar la nota entendemos que el doomscrolling es la forma moderna de una necesidad biológica: saber dónde está el peligro.

La trampa perpetua: dopamina, miedo y cortisol

En la mitad del artículo es imprescindible entender qué ocurre dentro del cerebro para explicar por qué el doomscrolling es tan irresistible y por qué tu cuerpo no quiere soltar el teléfono.

Cada vez que deslizas la pantalla, el sistema dopaminérgico se activa. Pequeñas recompensas:
– un video gracioso
– una noticia alarmante
– una actualización impactante
Tu cerebro interpreta cada interacción como “información valiosa”, liberando dopamina y animándote a buscar más.

Pero no está solo.
La amígdala, encargada del miedo, se activa con cada noticia negativa: guerras, incendios, crisis, violencia o polémicas políticas.

El resultado: cortisol, la hormona del estrés, inunda tu cuerpo.
Estás cansado, pero hiperalerta.
Quisieras parar, pero estás inquieto.
Buscas calmarte… consumiendo más.

Así nace la espiral del doomscrolling.

Doomscrolling y brain rot: el costo físico en tu cerebro

Aunque en internet el término brain rot se usa como meme, la ciencia advierte que el doomscrolling sí tiene efectos reales:

  1. Fatiga mental: tu cerebro quema glucosa tratando de procesar cambios de información en milisegundos.
  2. Desgaste de la corteza prefrontal: afecta la toma de decisiones, la organización y el autocontrol.
  3. Atención dañada: el cerebro se acostumbra a esperar interrupciones constantes, perdiendo capacidad de enfoque profundo.

Esto explica por qué resulta tan difícil leer un libro, concentrarse o simplemente empezar una tarea sin mirar el celular.

¿Estamos perdiendo la capacidad de concentrarnos?

No. Pero sí estamos atrofiando las redes neuronales que sostienen la concentración profunda.

Los estudios indican que la atención sostenida aún existe, solo que está “oxidada” por la sobreestimulación. El doomscrolling reinicia el “contador de concentración” cada vez que llega un estímulo. Por eso cuesta tanto arrancar.

Incluso cuando no usas el teléfono, una parte de tu cerebro sigue esperando la próxima actualización.

Tu mente está en alerta pasiva.

Cómo desactivar el doomscrolling: la ciencia ofrece esperanza

Lo mejor de todo es que este hábito no es permanente.
El cerebro puede desaprenderlo gracias a la neuroplasticidad.

Las estrategias más efectivas son:

  • Establecer horarios estrictos para revisar noticias.
  • Nunca consumir contenido alarmista antes de dormir.
  • Crear “ventanas sin pantalla” todos los días.
  • Hacer mindfulness para regular el sistema nervioso.
  • Permitir espacios de aburrimiento para restaurar la creatividad y la concentración.

El cerebro se recalibra, siempre que le des oportunidad.

Romper el ciclo del doomscrolling

El doomscrolling no es un defecto de carácter, sino un reflejo de cómo nuestro cerebro responde a un mundo hiperconectado y lleno de estímulos. Al final de esta nota, la palabra clave objetivo también nos recuerda lo esencial: aunque las plataformas están diseñadas para mantenerte ahí, tú puedes recuperar el control.

Reentrenar al cerebro es posible, y detener el doomscrolling es el primer paso para volver a dormir en paz, enfocarte mejor y recuperar tu bienestar mental.

Owen Michell
Owen Michell
Owen Michell es nuestro editor especializado en noticias digitales, con un profundo conocimiento en identificar tendencias y desarrollar contenido de consulta. Su experiencia en el panorama digital le permite brindar información relevante y atractiva para nuestra audiencia. Su pericia en el ámbito de las noticias digitales contribuye a la autoridad y actualidad de nuestro sitio.
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