El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo. Una sola persona infectada puede transmitir el virus hasta a nueve personas sin inmunidad. El contagio se produce incluso antes de que aparezca la erupción en la piel, y el virus puede permanecer activo en el aire por hasta dos horas.
De acuerdo con la Dirección General de Epidemiología (DGE), México registra 5,042 casos confirmados de sarampión en lo que va del año. Esto subraya la importancia de la vacunación como medida preventiva esencial.
Cómo se transmite el sarampión
El virus utiliza las vías respiratorias como autopista, y puede afectar a personas de cualquier edad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
- Gotas respiratorias: Toser o estornudar libera partículas que pueden infectar a otros.
- Superficies contaminadas: Tocar objetos con virus activo y luego ojos, nariz o boca facilita el contagio.
- Tasa de ataque: Hasta el 90% de los no vacunados en contacto cercano con un caso se infectarán.
Esta facilidad de propagación convierte al sarampión en una amenaza constante, especialmente en entornos con baja cobertura de vacunación.
Síntomas y complicaciones del sarampión
Los síntomas suelen aparecer entre 7 y 14 días después de la exposición y pueden incluir: fiebre, tos, secreción nasal, conjuntivitis y erupción cutánea.
Si no se atiende a tiempo, el sarampión puede causar complicaciones graves como:
- Neumonía
- Encefalitis
- Ceguera
Estas complicaciones elevan la necesidad de medidas preventivas oportunas.
Prevención: la única defensa efectiva
No existe un tratamiento antiviral específico contra el sarampión, por lo que la prevención es fundamental:
- Vacunación completa (SRP): Dos dosis de la vacuna triple vírica protegen eficazmente y deben alcanzar coberturas ≥95%.
- Vacunación en adultos (SR): Para quienes no tienen certeza de su esquema, la vacuna doble viral es segura y efectiva.
- Vacunación post-exposición: Aplicable dentro de las 72 horas posteriores al contacto con un caso confirmado.
- Aislamiento y atención médica: Separar a personas infectadas y consultar al médico reduce la propagación.
La vacunación es segura, eficaz y económica, y asegura que la enfermedad no vuelva a propagarse rápidamente en comunidades con alta cobertura.
La importancia de mantener la inmunidad comunitaria
El sarampión no solo afecta a individuos, sino que pone en riesgo a comunidades enteras. Mantener coberturas de vacunación altas garantiza:
- Protección indirecta: Personas que no pueden vacunarse están protegidas.
- Control de brotes: Evita la propagación rápida en escuelas, hospitales y espacios públicos.
- Prevención de complicaciones graves: Reduce hospitalizaciones y riesgos de muerte.
La combinación de vacunación completa, aislamiento y educación sanitaria es la estrategia más efectiva contra el sarampión.


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