Reducir sodio repentinamente puede afectar corazón, riñones y presión arterial

Reducir el consumo de sodio es una estrategia popular para mejorar la salud cardiovascular y disminuir la presión arterial. Sin embargo, expertos de Verywell Health advierten que hacerlo de manera abrupta puede generar efectos adversos inesperados.

Aunque una dieta baja en sodio ayuda a disminuir la presión arterial en solo una semana y protege los riñones, reducir este mineral de forma extrema puede afectar el equilibrio de líquidos, nervios y músculos.

Beneficios comprobados de moderar el sodio

• Control de hipertensión: Estudios muestran que menos de 1.500 mg diarios disminuye significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular.
  
• Salud renal: Limitar sodio protege los riñones de sobrecarga y daños, especialmente en pacientes con enfermedad renal crónica.
  
• Control de líquidos y peso: Disminuye la retención de líquidos y puede ayudar indirectamente en la gestión de peso.
  
• Mejora ósea: Algunas investigaciones indican un impacto positivo en la salud ósea al consumir menos sal.
  

Equilibrio con potasio, la clave para el corazón

Un estudio reciente de la Universidad de Waterloo, publicado en el American Journal of Physiology-Renal Physiology, revela que aumentar potasio en la dieta —con alimentos como bananas y brócoli— puede ser más eficaz para reducir la presión arterial que solo disminuir la sal.

El equilibrio sodio-potasio es crucial, y los hombres suelen responder mejor al aumento de potasio que las mujeres premenopáusicas. Esto sugiere que combinar la reducción de sodio con un mayor consumo de potasio optimiza los beneficios cardiovasculares.

Riesgos de reducir sodio de manera abrupta

Disminuir la ingesta de sodio de golpe puede provocar:

• Hiponatremia: niveles bajos de sodio en sangre, causando confusión, fatiga y debilidad muscular.
  
• Impacto cognitivo: afectación de la función cerebral en casos extremos.
  
• Riesgo cardíaco: reducción excesiva podría afectar la salud del corazón.
  
• Posible resistencia a la insulina: aunque los estudios son contradictorios, el riesgo existe en algunos casos.
  

Recomendaciones para una dieta baja en sodio segura

• Prefiere alimentos frescos o mínimamente procesados: frutas, verduras, carnes magras, granos integrales.
  
• Sustituye la sal por hierbas y especias bajas en sodio.
  
• Evita productos procesados como embutidos, sopas instantáneas, pizzas y snacks industriales.
  
• Introduce cambios de forma gradual, permitiendo que el cuerpo se adapte sin estrés.
  

Consulta siempre a un nutricionista o profesional de la salud antes de modificar la ingesta de sodio.