Sentir que el corazón late más rápido de lo normal o que “golpea fuerte” en el pecho puede ser una experiencia alarmante. Estas sensaciones, conocidas como palpitaciones cardíacas, suelen aparecer en momentos de estrés, ansiedad, ejercicio intenso o consumo excesivo de cafeína. En la mayoría de los casos, no representan un riesgo grave, pero en otras ocasiones pueden ser una señal de alerta sobre un problema de salud subyacente.
Comprender cuándo preocuparse y cómo actuar en casa es fundamental para mantener la calma y tomar decisiones adecuadas frente a este síntoma.
Qué son las palpitaciones cardíacas
Las palpitaciones son la percepción consciente del latido del corazón, que puede sentirse como un golpeteo rápido, irregular o fuerte en el pecho, cuello o garganta. Aunque todos experimentamos variaciones en el ritmo cardíaco, las palpitaciones se vuelven notorias cuando hay un aumento temporal de la frecuencia cardíaca o un cambio en el patrón del latido.
Entre las causas más comunes se incluyen:
- Estrés o ansiedad, que liberan adrenalina y aceleran el pulso.
- Consumo de cafeína, alcohol o nicotina.
- Ejercicio físico intenso.
- Fiebre, deshidratación o cambios hormonales, especialmente en mujeres.
- Uso de medicamentos como broncodilatadores o descongestionantes.
En la mayoría de los casos, estas causas son benignas y las palpitaciones desaparecen en minutos. Sin embargo, si se acompañan de otros síntomas, pueden requerir una evaluación médica inmediata.
Cuándo las palpitaciones son motivo de preocupación
No todas las palpitaciones son iguales. Algunas pueden ser un signo de arritmia, una alteración en el ritmo del corazón que, si no se detecta a tiempo, puede aumentar el riesgo de complicaciones.
Debes consultar a un médico de inmediato si las palpitaciones se acompañan de:
- Dolor o presión en el pecho.
- Mareo o desmayo.
- Dificultad para respirar o sensación de falta de aire.
- Sudoración excesiva o palidez.
- Latidos muy rápidos y prolongados (más de 120 por minuto en reposo).
Estos síntomas pueden indicar problemas cardíacos como taquicardia, fibrilación auricular o alteraciones del sistema eléctrico del corazón. En personas con antecedentes de hipertensión, diabetes, colesterol alto o enfermedad coronaria, la atención médica debe ser prioritaria.
Además, si las palpitaciones aparecen sin causa aparente o se repiten con frecuencia, es recomendable realizar un electrocardiograma (ECG) o un monitoreo Holter para identificar irregularidades en el ritmo cardíaco.
Qué hacer en casa cuando aparecen las palpitaciones
Si las palpitaciones son leves y no se acompañan de síntomas graves, puedes seguir algunas estrategias simples en casa para aliviarlas:
- Respira profundamente. Practicar respiración diafragmática ayuda a reducir la ansiedad y estabilizar el ritmo cardíaco.
- Siéntate o recuéstate. Permite que el cuerpo se relaje y evita movimientos bruscos.
- Bebe agua. La deshidratación puede alterar los electrolitos y favorecer los latidos irregulares.
- Evita estimulantes. Suspende temporalmente el consumo de café, alcohol, bebidas energéticas y tabaco.
- Practica la maniobra vagal. En algunos casos, cerrar la boca, tapar la nariz e intentar exhalar suavemente (como si soplaras) puede activar el nervio vago y regular el ritmo del corazón.
Si las palpitaciones no ceden tras unos minutos, toma nota de los síntomas y acude a un centro médico para una revisión.
Cómo prevenir las palpitaciones
La mejor manera de evitar estos episodios es mantener hábitos saludables que favorezcan la función cardíaca y el equilibrio del sistema nervioso. Algunas recomendaciones clave son:
- Dormir entre 7 y 8 horas diarias. La falta de sueño aumenta el estrés y la frecuencia cardíaca.
- Reducir el consumo de cafeína y alcohol. Ambos pueden desencadenar palpitaciones, especialmente en personas sensibles.
- Controlar el estrés mediante técnicas de relajación, meditación o yoga.
- Mantener una dieta equilibrada, rica en potasio, magnesio y omega-3, nutrientes esenciales para el corazón.
- Realizar actividad física regular, como caminar o nadar, pero sin excederse.
Si tomas medicamentos o suplementos, consulta a tu médico sobre posibles efectos secundarios relacionados con el ritmo cardíaco.
Las palpitaciones cardíacas son un síntoma frecuente y, en la mayoría de los casos, benigno. Sin embargo, cuando se acompañan de dolor, mareo o dificultad para respirar, pueden indicar un trastorno más serio que requiere atención médica inmediata.
Aprender a reconocer los signos de alarma y aplicar medidas simples en casa —como controlar la respiración, hidratarte y evitar estimulantes— puede ayudarte a mantener la calma y proteger tu salud.
En última instancia, escuchar a tu cuerpo y no ignorar las señales que envía es la mejor forma de cuidar tu corazón y prevenir complicaciones futuras.


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