Durante años se creyó que el narcisismo era un rasgo propio de ciertas sociedades, especialmente de Estados Unidos. La imagen del individuo competitivo, centrado en el éxito personal y con una autoestima elevada ayudó a reforzar ese estereotipo en el imaginario colectivo.
Sin embargo, una investigación internacional reciente pone en duda esa idea y propone una lectura mucho más amplia: el narcisismo no pertenece a una cultura específica, sino que es un fenómeno humano presente en todo el mundo, especialmente entre los jóvenes.
¿Qué entiende la psicología por narcisismo?
En términos psicológicos, el narcisismo se define como una combinación de autoimagen exagerada, necesidad de admiración y bajos niveles de empatía. No se trata necesariamente de un trastorno, sino de un rasgo que existe en distintos grados dentro de la población.
Durante décadas, este comportamiento se asoció a sociedades individualistas, donde el logro personal y la autoafirmación tienen un peso central.
Un estudio que cambia la mirada
La investigación, publicada en la revista Self & Identity, fue liderada por el Departamento de Psicología de la Universidad del Estado de Michigan. El equipo analizó a más de 45 mil personas de 53 países distintos, lo que permitió comparar culturas, edades y géneros con una base sólida.
Los resultados muestran que el narcisismo aparece de forma consistente en todas las regiones del mundo, con diferencias entre países, pero sin patrones exclusivos de una sola nación.
Los países con niveles más altos y más bajos
Uno de los datos más llamativos del estudio es que Estados Unidos no lidera el ranking de narcisismo. De hecho, ocupa el puesto 16, ubicándose a mitad de la tabla.
Los puntajes más altos se registraron en países tan diversos como Alemania, Irak, China, Nepal y Corea del Sur. En el extremo opuesto, Serbia, Irlanda, Reino Unido, Países Bajos y Dinamarca mostraron los niveles más bajos.
Esto refuerza la idea de que el narcisismo no responde únicamente a modelos culturales o económicos específicos.
La edad importa más que la cultura
Uno de los hallazgos más consistentes del estudio es la relación entre edad y narcisismo. En todos los países analizados, los adultos jóvenes presentaron niveles más altos que las personas mayores.
Este patrón se repite sin importar el contexto cultural, el idioma o la región del mundo. Según los investigadores, ser joven implica, en general, una mayor autoafirmación y una visión más centrada en uno mismo.
Diferencias entre hombres y mujeres
El análisis también encontró que, de forma sistemática, los hombres tienden a puntuar más alto en narcisismo que las mujeres. Esta diferencia aparece en todas las culturas estudiadas, lo que sugiere que no depende del entorno social específico.
Los expertos destacan que estas brechas de género y edad parecen responder a tendencias humanas más amplias, no a normas culturales aisladas.
Otro factor analizado fue el Producto Interno Bruto de los países. Aquellos con economías más fuertes mostraron niveles ligeramente más altos de narcisismo, aunque la diferencia no fue determinante.
La brecha generacional, en cambio, se mantuvo constante en todos los contextos, reforzando la idea de que la etapa de la vida pesa más que la nacionalidad.
Uno de los supuestos más cuestionados por el estudio es que las culturas colectivistas reducen el narcisismo. Los datos muestran que incluso en sociedades orientadas al grupo persisten comportamientos centrados en el yo.
Los investigadores señalaron que la cultura puede influir en la forma en que se expresa el narcisismo, pero no elimina su presencia.
Un rasgo que evoluciona con la experiencia
Según los autores, la tendencia al narcisismo tiende a disminuir con el paso del tiempo. La acumulación de experiencias, responsabilidades y vínculos sociales suele equilibrar la autoimagen y fomentar mayor empatía.
Este proceso de maduración se observa de manera similar en Asia, Europa y América, lo que refuerza la idea de patrones psicológicos compartidos a nivel global.
El alcance del relevamiento lo posiciona como uno de los más completos sobre narcisismo a escala internacional. Sus resultados invitan a abandonar explicaciones simplistas y a entender la personalidad como el resultado de múltiples factores.
Biología, experiencias de vida, contexto económico y expectativas sociales interactúan de forma compleja en la construcción de rasgos como el narcisismo, que lejos de ser patrimonio de un país, atraviesa generaciones y fronteras.
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