En la década de 1940, los científicos identificaron en las hojas de té un aminoácido especial: la L-teanina. Lo que comenzó como una curiosidad química se transformó en un fenómeno de interés global, impulsado por la cultura del bienestar. Hoy, millones de personas buscan en una taza de té verde, negro o matcha algo más que sabor: relajación, concentración y mejor salud mental.
Pero ¿qué tan real es esta promesa?
Lo que dice la ciencia sobre la L-teanina
Investigaciones preliminares, recopiladas por New Scientist, sugieren que la L-teanina podría reducir la ansiedad, mejorar la concentración y favorecer la calidad del sueño.
Este aminoácido logra atravesar la barrera hematoencefálica, actuando en regiones del cerebro asociadas al estrés, la dopamina, la serotonina y las ondas alfa. Estas últimas se relacionan con un estado de calma alerta, ideal para estudiar o trabajar.
Incluso, algunos estudios encontraron que la combinación de L-teanina y cafeína potencia el enfoque, al filtrar distracciones y mejorar el rendimiento mental.
Té vs suplementos: una diferencia importante
Una taza de té aporta entre 5 y 40 mg de L-teanina, mientras que los suplementos ofrecen hasta 200 mg en una sola dosis. Esta diferencia plantea preguntas:
- ¿Los efectos de beber té son comparables a los suplementos?
- ¿Un consumo elevado podría generar beneficios o riesgos distintos?
La evidencia aún es insuficiente para responder con certeza.
Ansiedad, sueño y salud cardiovascular: luces y sombras
Algunos ensayos indican que la L-teanina reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial en situaciones de estrés, lo que podría impactar positivamente en la salud cardiovascular.
En cuanto al sueño, estudios preliminares hallaron que facilita conciliarlo y mejorar su calidad, aunque no todos los ensayos confirman este efecto.
Con la ansiedad sucede algo similar: algunos trabajos muestran reducción del estrés y mejor ánimo, mientras otros no encontraron diferencias significativas.
Precauciones y límites de la evidencia
Los expertos coinciden en que la investigación es prometedora pero limitada. La mayoría de los estudios son pequeños, de corta duración y en ocasiones combinan L-teanina con otros compuestos.
Además, aún no existen pruebas sólidas sobre los efectos a largo plazo ni sobre el consumo regular en dosis altas mediante suplementos.
Una taza de reflexión
La historia de la L-teanina nos recuerda algo fundamental: la ciencia avanza paso a paso. Mientras tanto, beber té sigue siendo un ritual saludable, hidratante y culturalmente valioso.
Quizá la clave no esté en esperar milagros de una cápsula, sino en redescubrir el valor de un gesto tan simple como disfrutar de una taza de té caliente.


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