El higo es uno de los frutos más antiguos cultivados por el ser humano, apreciado por su sabor dulce, su textura suave y su versatilidad en la cocina. Más allá de su valor gastronómico, los higos ofrecen propiedades nutricionales y beneficios para la salud que los convierten en un alimento recomendable dentro de una dieta equilibrada. Sin embargo, como todo alimento, su consumo también presenta contraindicaciones que conviene conocer.

En este artículo repasamos qué contiene, cómo puede ayudar a tu bienestar y en qué casos es mejor moderar o evitar su ingesta.

Propiedades nutricionales de los higos

Los higos destacan por su alto contenido en fibra, lo que los convierte en aliados del tránsito intestinal. Son ricos en vitaminas como la A, B1, B2, B6 y K, así como en minerales esenciales como potasio, magnesio, calcio, hierro y fósforo.

En su composición también encontramos antioxidantes, como los polifenoles y flavonoides, que ayudan a combatir el estrés oxidativo en las células. Los higos frescos tienen un contenido moderado de azúcares naturales, mientras que los higos secos concentran una cantidad mucho mayor, aportando más calorías y energía.

En promedio, 100 gramos de higos frescos aportan:

• 74 kcal
• 19 g de carbohidratos
• 3 g de fibra
• 0,9 g de proteínas
• 0,3 g de grasas

Beneficios para la salud

El consumo regular y moderado de higos puede aportar diversos beneficios:

• Mejoran la digestión: su fibra ayuda a prevenir el estreñimiento y favorece el equilibrio de la flora intestinal.
• Regulan la presión arterial: el potasio contribuye a equilibrar los niveles de sodio y favorece una buena salud cardiovascular.
• Fortalecen los huesos: su aporte de calcio, magnesio y fósforo ayuda a mantener la densidad ósea.
• Apoyan la salud de la piel: los antioxidantes y la vitamina C presentes en el higo contribuyen a la regeneración celular.
• Aportan energía natural: especialmente en su versión deshidratada, son una fuente rápida de energía para deportistas o personas con gran desgaste físico.

Además, algunos estudios sugieren que los extractos de higo podrían tener propiedades antiinflamatorias y protectoras contra ciertos trastornos metabólicos, aunque se requiere más investigación en humanos para confirmar estos efectos.

Contraindicaciones y precauciones

Aunque los higos son saludables, no todas las personas pueden consumirlos libremente:

• Diabetes: debido a su contenido en azúcares, especialmente en la versión seca, pueden elevar la glucosa en sangre si no se controlan las porciones.
• Problemas digestivos: su alto contenido en fibra puede causar diarrea o malestar intestinal si se ingieren en exceso.
• Alergias: algunas personas pueden desarrollar reacciones alérgicas, sobre todo a la savia del higo o a sus proteínas.
• Cálculos renales: por su aporte de oxalatos, en casos de predisposición a piedras en riñones se recomienda moderar el consumo.

También es importante recordar que los higos secos comerciales suelen contener sulfitos como conservantes, que pueden provocar molestias en personas sensibles.

Formas de consumo

El higo se puede disfrutar fresco, seco, en mermeladas, ensaladas, repostería o incluso en guisos salados. Los higos secos son muy energéticos y se utilizan como snack saludable, aunque siempre en porciones moderadas.

Su temporada natural en el hemisferio norte es de julio a septiembre, mientras que los higos secos están disponibles todo el año.

El higo es una fruta milenaria con un perfil nutricional muy completo y beneficios importantes para la digestión, la salud cardiovascular y ósea. No obstante, debe consumirse con moderación en personas con diabetes, problemas renales o digestivos.

Aprovechar su sabor y propiedades es sencillo si se integra de manera equilibrada en la dieta, priorizando la versión fresca y variando las formas de preparación para disfrutar al máximo de este alimento natural y saludable.