En 2024, el hospital de Son Espases en Mallorca se convirtió en el centro de una inquietante noticia: 100 personas intoxicadas por vitamina D, muchas de ellas tras consumir suplementos sin control médico. De ellas, 16 requirieron hospitalización. La mayoría adquirió los productos en internet, donde la desinformación y el marketing suplantan a la ciencia.
No fue un caso aislado. El Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) emitieron una alerta urgente. El problema: suplementos con dosis mal indicadas y la percepción errónea de que la vitamina D es inofensiva.
Cuando el cuerpo dice basta: cómo daña la vitamina D en exceso
La vitamina D es vital, sí. Pero en exceso, se convierte en un enemigo silencioso. Al ser liposoluble, no se elimina fácilmente del organismo. Se acumula en los tejidos grasos, lo que facilita la toxicidad.
Las consecuencias clínicas van desde náuseas, vómitos y debilidad, hasta hipercalcemia, cálculos renales y arritmias cardíacas. El nefrólogo Borja Quiroga fue directo:
«He visto gente con los riñones llenos de piedras por exceso de vitamina D».
El mecanismo es claro: al aumentar los niveles de calcio en sangre, el riñón trabaja forzado, y eso eleva el riesgo de insuficiencia renal. ¿El origen? Suplementos mal indicados, redes sociales sin filtro y el famoso «por si acaso».
¿Por qué todos empezaron a suplementarse?
Todo comenzó con el cambio en los valores considerados «normales». Durante años, se pensaba que niveles por debajo de 30 ng/ml eran deficientes. Hoy, la evidencia indica que 20 ng/ml es suficiente para la mayoría de la población. Sin embargo, ese cambio no llegó a todos.
El miedo a estar «bajo» de vitamina D, junto al fenómeno del FOMO (miedo a quedarse fuera), llevó a millones a buscar suplementos. En redes sociales, influencers y gurús de bienestar venden soluciones rápidas sin contexto clínico. Pero la salud no es una moda.
¿Cuándo sí se debe tomar vitamina D?
Los expertos coinciden: solo en casos justificados y bajo control médico. Algunas indicaciones válidas son:
- Osteoporosis diagnosticada
- Enfermedades que afectan la absorción
- Tratamientos específicos (corticoides, anticonvulsivos)
- Déficits comprobados con análisis
Las dosis seguras van de 400 a 2000 UI diarias, siempre individualizadas. Automedicarse “por si acaso” no solo es innecesario: es potencialmente peligroso.
Lo que de verdad funciona: sol, alimentación y hábitos
Una dieta equilibrada y 15 minutos de sol en cara y brazos, 3 veces por semana, cubren el 85% de las necesidades. El resto proviene de alimentos como:
- Pescados grasos
- Yema de huevo
- Lácteos fortificados
El médico Jorge Dotto lo resume así:
“Muchos buscan suplementos por cansancio, pero a veces es solo falta de descanso, mala dieta o estrés.”
Tu salud renal no sigue modas
Los suplementos no son caramelos. Y la vitamina D, aunque esencial, no es mágica ni inocua. El aumento de intoxicaciones, cálculos renales y hospitalizaciones en España demuestra que la automedicación puede tener consecuencias graves.Antes de tomar una cápsula, consultá a tu médico. La salud no se improvisa ni se copia de redes sociales.


TE PODRÍA INTERESAR