Sentir un pinchazo tras un largo día de trabajo o rigidez al despertar se ha vuelto parte de la rutina para millones de personas. El dolor de espalda no distingue edades y, según expertos de Harvard Health y publicaciones como Spine and Pain Clinics of North America, sus causas rara vez se deben a enfermedades graves, sino a nuestros propios hábitos cotidianos.
¿Por qué duele la espalda?
Imagina esta escena: Carla, diseñadora gráfica de 34 años, pasa más de ocho horas al día sentada frente a su computadora. Con el tiempo, el ligero malestar lumbar que sentía ocasionalmente se convirtió en un dolor constante. Lo que ignoraba es que su postura encorvada, la falta de pausas y su colchón blando estaban minando la salud de su columna.
Casos como el de Carla abundan. Permanecer muchas horas sentado, especialmente sin apoyo lumbar, ejercer una mala postura frente a pantallas o cargar objetos sin técnica correcta, son algunos de los errores más frecuentes.
Hábitos diarios que dañan la columna
- Postura frente a pantallas: Encorvarse altera la curvatura natural de la espalda.
- Levantamiento incorrecto de objetos: Girar el tronco mientras se levanta peso es altamente riesgoso.
- Uso de tacones altos: Cambia el eje corporal, sobrecargando músculos.
- Tabaquismo y mala nutrición: Debilitan discos y músculos de soporte.
- Dormir en colchones hundidos: Impide una postura neutra durante el descanso.
- Estrés crónico y sobrepeso: Añaden tensión a la zona lumbar.
Consejos de expertos para prevenir el dolor
Según el Dr. Arthur L. Jenkins III, es crucial evitar los movimientos de flexión, levantamiento y torsión simultáneamente —la temida tríada “B.L.T.”. Si vas a levantar algo pesado, alinea tus pies con el objeto, mantén la espalda recta y usa las piernas.
El Dr. Gbolabo Sokunbi añade que debemos mantener el objeto cerca del cuerpo y distribuir el peso de forma equilibrada. Levantar desde el centro de gravedad, con ambas piernas firmes, protege la columna.
Y en viajes, el Dr. Rahul Shah recomienda verificar el peso del equipaje y levantar en dos tiempos: hasta la cintura y luego sobre la cabeza, para evitar sobreesfuerzos.
Ejercicio: el gran aliado de tu espalda
Aunque muchos creen que hacer abdominales ayuda, los clásicos “crunches” pueden ser perjudiciales. En cambio, los expertos proponen fortalecer el core con planchas, pilates, natación, yoga y caminatas regulares. La clave está en la ejecución: una plancha mal hecha puede ser tan dañina como una mala postura.
Por eso, es mejor comenzar con rutinas supervisadas o asesoramiento profesional, sobre todo si ya se sufre de dolor lumbar crónico.
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