Con la llegada oficial de las vacaciones escolares este 16 de julio, miles de niñas y niños en Yucatán y Quintana Roo dejarán las aulas por más de un mes. Aunque muchos municipios ya han lanzado sus tradicionales cursos de verano, no todas las familias tienen la posibilidad de inscribir a sus hijas e hijos a estos programas. Ya sea por cuestiones económicas, de tiempo o por decisión propia, muchas personas optan por pasar las vacaciones en casa.
Pero quedarse en casa no tiene por qué ser sinónimo de aburrimiento. Con un poco de creatividad, organización y disposición, es posible convertir el hogar en un espacio de aprendizaje, juego y convivencia.
A continuación, en La Verdad Noticias te compartimos algunas ideas prácticas y accesibles para mantener a niñas y niños activos y felices durante este receso escolar.
1. Juegos tradicionales: rescatar lo simple y lo divertido
Rayuela, la cuerda, la lotería, el stop, el escondite o las canicas pueden parecer actividades del pasado, pero tienen un enorme valor recreativo y educativo. Estos juegos no solo permiten que las infancias se diviertan sin pantallas, también fomentan la coordinación, el trabajo en equipo y la paciencia.
Organizar una “tarde de juegos tradicionales” en casa o en la banqueta del vecindario puede ser una forma de reconectar con lo simple, sin necesidad de invertir en juguetes nuevos.
2. Talleres caseros de arte y manualidades
Pintar con acuarelas, hacer figuras con plastilina o masa de sal, crear títeres con calcetines viejos o diseñar postales para regalar en casa son solo algunas ideas que pueden ponerse en práctica con materiales reciclados o de bajo costo.
Las manualidades no solo estimulan la creatividad, también ayudan a desarrollar la motricidad fina, la concentración y la autoestima. Una buena opción es proponer un tema por semana: animales, el fondo del mar, el espacio o la naturaleza, y dejar que los niños creen libremente en torno a eso.
3. Lectura en voz alta o en familia
Contar cuentos, leer en voz alta o crear una pequeña “biblioteca familiar” puede convertirse en una rutina diaria que fortalezca el vínculo entre madres, padres o cuidadores y sus hijas e hijos. No se necesitan muchos libros; incluso es posible encontrar lecturas gratuitas en línea o visitar alguna biblioteca pública cercana.
Una opción divertida es proponer una tarde de lectura con disfraces, en la que cada integrante de la familia lea un papel y represente a un personaje. Así, además de fomentar la lectura, se desarrollan habilidades como la expresión oral y la memoria.
4. Cocina para niñas y niños
Preparar recetas sencillas, como galletas, ensaladas de frutas, paletas heladas o panqueques, puede ser una actividad divertida y educativa. Involucrar a los menores en la cocina ayuda a que conozcan los alimentos, midan cantidades, sigan instrucciones y valoren el trabajo en equipo.
Además, muchas niñas y niños se sienten orgullosos al preparar algo “por sí mismos” y compartirlo con la familia. Siempre es importante priorizar la seguridad, elegir recetas sin riesgos y mantener supervisión adulta.
5. Películas y cine en casa… con todo y boletos
Una opción accesible es organizar una función de cine en casa: elegir una película adecuada a su edad, preparar palomitas o algún snack casero, oscurecer el cuarto y entregar boletos ficticios.
Incluir a los menores en la elección de la película o pedirles que presenten el filme como si fueran locutores o críticos de cine puede ser parte del juego. Después, pueden comentar lo que más les gustó o dibujar una escena como recuerdo.
6. Actividades con propósito: reciclaje, jardinería o ayuda en casa
Las vacaciones también pueden ser un buen momento para fomentar la responsabilidad, el cuidado del entorno y la organización. Invitar a los niños a separar residuos reciclables, plantar semillas o participar en tareas del hogar con dinámicas como “quién recoge más juguetes en un minuto” son formas efectivas de enseñar sin castigos.
Estas actividades, cuando se hacen con paciencia y acompañamiento, fortalecen la autonomía y el sentido de pertenencia.
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