Uso excesivo de pantallas en adolescentes afecta sueño y salud mental

Uso excesivo de pantallas en adolescentes afecta sueño y salud mental

En la era digital, los dispositivos electrónicos se han convertido en una extensión del cuerpo humano, especialmente entre los adolescentes. Lo que antes era tiempo libre al aire libre, ahora se ha transformado en horas frente a una pantalla. Pero, ¿a qué costo?

Sofía, de 15 años, solía dormir profundamente. Su rutina incluía lectura antes de acostarse y una desconexión gradual del día. Sin embargo, desde que comenzó a usar el celular hasta altas horas, su sueño cambió. Las noches se volvieron inquietas y su ánimo decayó. Su historia no es única, y la ciencia acaba de confirmar algo que muchos padres sospechan: las pantallas están afectando seriamente la salud emocional y el sueño de los adolescentes.

Un estudio reciente publicado por el Instituto Karolinska de Suecia en PLOS Global Public Health analizó a más de 4,800 estudiantes de entre 12 y 16 años. Los resultados son claros: mayor tiempo frente a las pantallas equivale a peor calidad y duración del sueño. Pero lo más alarmante es que estos cambios están directamente vinculados con un aumento de los síntomas de depresión, sobre todo en chicas.

Más vulnerables que ellos

El estudio reveló que los síntomas depresivos en las adolescentes duplicaban a los de sus compañeros varones. Entre el 38% y el 57% de estos síntomas podían atribuirse a patrones de sueño alterados, provocados por la exposición prolongada a dispositivos como celulares, tablets o laptops.

Aunque los varones también sufren alteraciones del sueño, el impacto emocional no fue tan significativo como en las mujeres. Esta diferencia de género ya había sido documentada en investigaciones anteriores, pero el nuevo hallazgo subraya el papel que juegan las pantallas en esta disparidad.

Un problema de salud pública silencioso

La Agencia de Salud Pública de Suecia recomienda no más de 2 o 3 horas diarias frente a pantallas para los adolescentes, un límite que la mayoría excede fácilmente. En contraste, la Academia Americana de Pediatría no establece un tiempo fijo por falta de evidencias concluyentes… hasta ahora.

“La recomendación de reducir el tiempo de pantalla para mejorar el sueño está respaldada por evidencia científica sólida”, apuntan los investigadores. Añaden que reducir este tiempo podría disminuir notablemente la carga de estados depresivos en adolescentes, especialmente en las mujeres jóvenes.

¿Qué pueden hacer padres y educadores?

  • Fomentar rutinas libres de pantallas al menos una hora antes de dormir
  • Establecer límites claros de tiempo frente a dispositivos
  • Promover actividades sin tecnología como la lectura o el ejercicio físico
  • Hablar abiertamente sobre salud emocional

Sofía, con ayuda de sus padres, redujo el tiempo frente al celular antes de dormir. Al mes, sus noches mejoraron, y también su ánimo. Ella es un ejemplo de que pequeños cambios pueden tener grandes resultados.

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