Para muchos dueños de mascotas, los paseos diarios son una oportunidad para que su perro haga ejercicio y socialice. Sin embargo, los expertos en comportamiento animal insisten en que dejarlo olfatear libremente es una parte fundamental —y a menudo subestimada— de su bienestar.
Lejos de ser una simple distracción, el olfateo es la principal forma en que los perros interpretan el mundo. Restringir este comportamiento puede afectar su equilibrio emocional y generar frustración. Por el contrario, permitir que sigan rastros y huelan su entorno les aporta estimulación mental, reduce la ansiedad y los hace más felices.
El olfato: la ventana sensorial más poderosa del perro
El sentido del olfato de un perro es extraordinario. Mientras los humanos contamos con unos 5 millones de receptores olfativos, un perro promedio puede tener más de 200 millones, dependiendo de la raza. Esto les permite detectar olores a niveles microscópicos e interpretar información compleja sobre su entorno.
Según estudios de la Universidad de Cornell y la Asociación Internacional de Consultores en Comportamiento Animal, un perro “lee” el mundo con la nariz, igual que nosotros lo hacemos con los ojos. Al oler, pueden saber si otro animal ha pasado por ahí, su edad, su sexo, su estado emocional e incluso si está enfermo.
Privar a los perros de esta exploración natural —por ejemplo, tirando constantemente de la correa para que caminen sin detenerse— equivale a impedirles comprender su entorno, lo que puede generar confusión, frustración o incluso comportamientos destructivos.
Beneficios emocionales y cognitivos del olfateo
Dejar que los perros olfateen durante el paseo no solo satisface su curiosidad natural, sino que también les proporciona un tipo de estimulación mental conocida como enriquecimiento ambiental.
Entre los principales beneficios destacan:
- Reducción del estrés y la ansiedad: olfatear activa zonas del cerebro asociadas al placer y la relajación, ayudando a liberar tensiones acumuladas.
- Mejora de la concentración y autocontrol: los paseos con libertad olfativa fomentan la calma y la atención, disminuyendo la impulsividad.
- Estimulación mental constante: cada olor nuevo es un reto cognitivo que fortalece su memoria y aprendizaje.
- Mayor conexión con el entorno: al explorar libremente, los perros se sienten más seguros y confiados.
Un estudio del Applied Animal Behaviour Science Journal reveló que los perros que pueden olfatear a su ritmo durante los paseos presentan niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés, en comparación con aquellos que son conducidos con rigidez.
La importancia del “paseo sensorial”
Cada vez más entrenadores y etólogos recomiendan incorporar lo que se conoce como paseo sensorial o paseo de exploración, una modalidad en la que el objetivo no es caminar grandes distancias, sino dejar que el perro elija el ritmo y los puntos de interés.
Durante estos paseos, el dueño debe permitir pausas frecuentes para que el animal explore el entorno: árboles, postes, arbustos o incluso el suelo. No se trata de “malcriarlo”, sino de respetar su lenguaje natural.
El paseo sensorial también fortalece el vínculo entre el perro y su humano, ya que transmite confianza y empatía. Al observar cómo tu perro explora y seguir su curiosidad, ambos comparten una experiencia más relajada y emocionalmente enriquecedora.
Cómo fomentar paseos más saludables
Para aprovechar al máximo esta práctica, los especialistas recomiendan algunos ajustes sencillos en la rutina:
- Utiliza una correa larga o extensible, de entre 3 y 5 metros, para darle más libertad sin perder el control.
- Evita los jalones o correcciones cuando se detenga a oler. En su lugar, usa comandos suaves para redirigirlo si es necesario.
- Cambia de ruta con frecuencia. Explorar lugares nuevos ofrece variedad de estímulos olfativos.
- Combina ejercicio físico y mental. Alterna momentos de caminata activa con pausas para olfatear.
- Mantén la seguridad ante todo. Vigila que no olfatee sustancias tóxicas o restos peligrosos.
De esta forma, el paseo se convierte en una experiencia integral de bienestar y no solo en una rutina de movimiento.
Señales de un perro emocionalmente equilibrado
Un perro que puede satisfacer su necesidad de olfatear suele mostrar cambios positivos en su comportamiento diario:
- Duerme mejor y está más tranquilo en casa.
- Muestra menos ansiedad o comportamientos repetitivos.
- Se relaciona mejor con otros perros y personas.
- Presenta una actitud más curiosa y alegre.
Estos signos son una muestra de que su mente y emociones están en equilibrio, lo que contribuye a una vida más larga y saludable.
Olfatear también es amar
Permitir que tu perro olfatee durante el paseo no es una pérdida de tiempo, sino una inversión en su bienestar mental y emocional. A través del olfato, comprende el mundo, se relaja, aprende y se siente libre.
En lugar de enfocarte en la distancia recorrida o el ritmo, dedica algunos paseos a dejar que explore sin prisas. Es su forma más pura de disfrutar la vida.
Como dicen muchos expertos en comportamiento canino, “un perro que puede oler, es un perro feliz”. Y un perro feliz siempre devuelve ese bienestar en forma de amor, lealtad y equilibrio.
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