El conflicto interno entre Los Chapitos y La Mayiza, las principales facciones del Cártel de Sinaloa, está evolucionando hacia una nueva fase. Según el periodista Óscar Balderas, este enfrentamiento, que ha dejado miles de muertos en zonas urbanas como Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, podría trasladarse a comunidades rurales y ejidos en los próximos meses.
En una entrevista con Adela Micha para el programa Me lo dijo Adela, Balderas explicó cómo esta estrategia responde a la necesidad de los cárteles de reducir la presión mediática y reactivar la economía urbana, mientras continúan sus operaciones fuera del ojo público.
Un traslado estratégico: de las ciudades al campo
El movimiento hacia zonas rurales no es una novedad, pero sí una táctica efectiva que los cárteles han utilizado en el pasado. Balderas señala que las comunidades rurales ofrecen ventajas tácticas para los grupos criminales:
- Menor visibilidad mediática.
- Reducción de la intervención inmediata de las autoridades.
- Menor presión social por parte de la población urbana.
Al trasladar la violencia fuera de las ciudades, los cárteles buscan también restablecer cierta normalidad económica, especialmente en sectores clave como el comercio y el turismo. “Los cárteles necesitan que las ciudades sean funcionales para financiar su guerra”, explicó Balderas.
Fragmentación: el origen del conflicto interno
El actual enfrentamiento tiene sus raíces en la fragmentación del Cártel de Sinaloa tras la extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán a Estados Unidos en 2017. La estructura centralizada que alguna vez lideraron “El Chapo” y El Mayo Zambada se desmoronó con la traición de Los Chapitos al Mayo en 2024.
Los protagonistas de la guerra
- Los Chapitos:
Liderados por Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Joaquín Guzmán Salazar, buscan consolidar su poder y mantener el control de las rutas estratégicas para el tráfico de drogas. - La Mayiza:
Encabezada por Ismael Zambada Sicairos y la familia Salazar, una facción histórica dentro del cártel, ahora convertida en uno de los principales adversarios de Los Chapitos.
“La guerra interna ha transformado al Cártel de Sinaloa en una serie de grupos autónomos que luchan por el control territorial”, afirmó Balderas.
Los procesos judiciales de Los Chapitos y El Mayo
El conflicto se intensifica debido a los procesos judiciales en Estados Unidos contra Ovidio Guzmán López y otros miembros del grupo. Según Balderas, Los Chapitos estarían negociando acuerdos con las autoridades estadounidenses para evitar juicios prolongados.
Estas negociaciones no solo les permitirían reducir sus sentencias, sino que también los colocan en una posición de poder al proporcionar información sobre otros líderes criminales y funcionarios corruptos. Sin embargo, esto ha generado desconfianza y tensiones internas en el cártel, exacerbando las divisiones existentes.
El papel de El Mayo Zambada
El Mayo, conocido como “el gran operador político del narcotráfico”, sigue siendo una figura central en el conflicto. Aunque prefiere la negociación sobre el enfrentamiento directo, su influencia ha disminuido significativamente debido a la fragmentación del cártel.
Balderas asegura que, en caso de ser enjuiciado, el juicio de El Mayo sería aún más trascendental que el de El Chapo:
“El Mayo es el hombre que podría explicar cómo 20 o 25 líderes criminales lograron construir un imperio del narcotráfico y doblar a un país entero.”
El impacto en las comunidades rurales
El traslado del conflicto hacia áreas rurales tiene implicaciones profundas para las comunidades afectadas:
- Incremento de la violencia local: Las rancherías y ejidos podrían convertirse en campos de batalla.
- Extorsión y derecho de piso: Los grupos criminales aumentarían estas prácticas para financiar su guerra.
- Desplazamiento forzado: Muchas familias podrían abandonar sus tierras para escapar de la violencia.
Además, estas comunidades suelen ser menos visibles para los medios, lo que complica aún más la intervención del Estado y el apoyo a las víctimas.
Conclusión: una guerra que no cede
El conflicto entre Los Chapitos y La Mayiza marca un nuevo capítulo en la historia del Cártel de Sinaloa. Mientras las facciones buscan reorganizarse y adaptarse, el impacto en las comunidades rurales será inevitable y devastador.
La guerra no solo redefine el mapa del narcotráfico en México, sino que también pone a prueba la capacidad del Estado para responder a una violencia que no da tregua.
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