El próximo 23 de agosto ocurrirá un fenómeno especial: la llamada luna negra, según el portal especializado Time and Date. Esta vez, el fenómeno será especial porque coincidirá con la última noche de las Perseidas, la lluvia de meteoros más famosa del año.
Aunque la luna negra no puede observarse directamente, su sincronía con este espectáculo celeste convierte la fecha en una oportunidad única para los amantes de la astronomía.
¿Qué es la luna negra y por qué es rara?
La luna negra no es un término oficial en astronomía, pero se usa para describir situaciones inusuales relacionadas con las Lunas Nuevas. Hay dos tipos principales:
- Luna negra mensual: dos Lunas Nuevas en el mismo mes.
- Luna negra estacional: cuatro Lunas Nuevas en una misma estación; la tercera recibe este nombre.
La de agosto de 2025 será una luna negra estacional, fenómeno que ocurre aproximadamente una vez cada 33 meses. En comparación, la versión mensual sucede cada 29 meses, según Time and Date.
¿Por qué no se puede ver la luna negra?
Durante una Luna Nueva, la Luna se ubica entre la Tierra y el Sol. En esa posición, su cara visible no refleja luz solar hacia nosotros y se pierde en el resplandor solar. Por ello, el fenómeno es invisible a simple vista.
La única excepción ocurre cuando hay un eclipse solar, pues la silueta de la Luna bloquea parcial o totalmente al Sol. Un caso memorable fue el Gran Eclipse Americano del 21 de agosto de 2017, que también coincidió con una luna negra estacional.
Además de las versiones mensual y estacional, existe otra definición conocida como la luna negra de febrero.
Esto ocurre cuando, en un año muy específico, febrero no tiene ninguna Luna Nueva ni Luna Llena debido a su corta duración. En esos casos, enero y marzo presentan dos Lunas Nuevas. El próximo suceso de este tipo será en febrero de 2033, mientras que el último ocurrió en 2014.
La luna negra y su simbolismo
Más allá de la ciencia, la luna negra ha adquirido un valor espiritual en algunas culturas y corrientes modernas como la Wicca. Para ellas, simboliza un tiempo de renovación, introspección y liberación emocional.
Aunque estos significados no tienen respaldo científico, se han popularizado en los últimos años gracias al auge de la astrología y la espiritualidad alternativa en redes sociales.
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