Quienes han dedicado su vida a la ciencia jurídica poseen una habilidad única para interpretar el intrincado entramado de normas y consecuencias legales. A diferencia de otras reglas que guían la conducta humana, como las normas morales, sociales o religiosas, las normas jurídicas tienen una estructura clara y sólida. Estas buscan, de forma inequívoca, prevenir y castigar transgresiones mientras promueven la justicia como valor central.
Pero, ¿qué es la justicia? Este concepto, como otros valores absolutos—la bondad, la belleza, la gratitud—es difícil de definir. A pesar de ello, la justicia actúa como una estrella polar que nos orienta hacia decisiones correctas, mostrando los caminos que debemos evitar.
La estructura del Derecho: memoria y juicio infalibles
El Derecho, en su esencia, es un sistema, una ciencia y también un arte. Es la herramienta que las sociedades han construido para alcanzar y garantizar la justicia. Esta compleja labor ha configurado al Derecho como un ente profundamente vigilante y celoso.
- Memoria del Derecho. Nunca olvida las transgresiones. Cada acto en su contra queda registrado en su estructura, lista para actuar con firmeza.
- Implacabilidad ante el delito. Cuando las normas son violentadas, el Derecho no perdona. No importa la intención o la circunstancia: siempre habrá una respuesta para proteger la integridad de la justicia.
- Desprecio por normas injustas. Textos que carecen del elemento esencial de justicia, aunque sean emitidos por quienes tienen la autoridad formal, no merecen ser llamados leyes.
La justicia en acción: castigo y reparación
El Derecho no solo castiga, también busca reparar. Es su manera de proteger la cohesión social y garantizar que los daños causados a la integridad del sistema se mitiguen.
- Castigo. Aquellos que atentan contra la justicia, ya sea de forma violenta o pacífica, enfrentan las consecuencias.
- Reparación. Tras el castigo, la sociedad y los sistemas jurídicos se esfuerzan por resarcir el daño. Este proceso no solo restaura el equilibrio, sino que refuerza la vigencia del Derecho como guardián de la justicia.
El lema que inspira: “Ius Semper Loquitur”
En la Facultad de Derecho de la UNAM, el lema “Ius Semper Loquitur” (El Derecho siempre habla) es más que una frase; es un recordatorio constante de que el Derecho está vivo. Habla cuando se promulgan leyes justas, cuando los jueces emiten sentencias y cuando la sociedad exige rendición de cuentas.
- El Derecho como voz perpetua. Incluso en los momentos más oscuros, el Derecho encuentra formas de expresar su esencia, ya sea a través de nuevas normativas o mediante movimientos sociales que buscan justicia.
- Un legado para la humanidad. Este lema simboliza la capacidad del Derecho para adaptarse, evolucionar y servir como guía hacia un futuro más equitativo.
Conclusión: Justicia como misión compartida
El Derecho no es solo un sistema de normas; es un compromiso social con la justicia. A través de su memoria, su firmeza y su capacidad de reparación, el Derecho sigue siendo una herramienta esencial para construir una sociedad más justa.
En una época donde los desafíos éticos y legales parecen más complejos que nunca, recordar que “el Derecho siempre habla” nos invita a mantenernos vigilantes y comprometidos con los valores fundamentales que nos unen como comunidad.
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