¿Felicidad o agotamiento? La pesada carga de las mujeres en Navidad
Las fiestas decembrinas son sinónimo de alegría, unión y paz, pero para muchas mujeres, representan un maratón extenuante de cuidados y responsabilidades. Mientras las luces del árbol brillan, ellas suelen cargar con la planificación, la cocina, el cuidado de los niños, y el rol de anfitrionas. Esta «carga invisible» no solo agota físicamente, sino también mental y emocionalmente.
La desigualdad en el trabajo de cuidados no es exclusiva de las fiestas. Según ONU Mujeres, a nivel mundial, las mujeres realizan tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado. En México, datos del INEGI en su Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado revelan que 3 de cada 4 personas encargadas de estas tareas son mujeres, con especial prevalencia en el Estado de México y la Ciudad de México.
Las “precuponas”: una carga que excede lo visible
El término “preocupona”, adaptado por Ola Violeta AC a partir del concepto de la escritora Judith Shulevitz, define a las mujeres que llevan el peso de anticiparse a las necesidades del hogar. Estas mujeres no solo ejecutan las tareas domésticas, sino que administran, planean y resuelven problemas, enfrentando un agotamiento que rara vez se reconoce.
Según la socióloga Allison Daminger, este “trabajo cognitivo” implica identificar necesidades, decidir cómo satisfacerlas y supervisar los resultados. En fechas como Navidad, este esfuerzo se combina con el «trabajo emocional», un término acuñado por Arlie Hochschild que incluye gestionar emociones, evitar conflictos y cuidar del bienestar emocional de otros.
Navidad: ¿un cóctel de burnout y roles de género?
Para muchas mujeres, estas tareas las llevan al borde del burnout. Este agotamiento crónico, combinado con el trastorno afectivo emocional común al inicio del año, puede convertirse en un riesgo para su salud física y mental.
El problema es estructural: las mujeres enfrentan barreras para acceder a empleos, educación o simplemente tiempo de descanso porque el trabajo de cuidados sigue siendo considerado su responsabilidad. Esto perpetúa una desigualdad que no tiene descanso, ni siquiera en las noches “de paz”.
Hacia una Navidad con verdadera paz: la corresponsabilidad
Las tradiciones navideñas han normalizado que las mujeres sean las últimas en sentarse a la mesa, atendiendo cada detalle para todos los demás. Sin embargo, esta Navidad puede ser diferente. Adoptar prácticas equitativas y compartir responsabilidades puede ser el verdadero regalo para ellas.
¿Qué podemos hacer?
- Compartir tareas de manera equitativa: Dividir responsabilidades como cocinar, limpiar y organizar.
- Romper estereotipos: Que los hombres y otros integrantes de la familia asuman roles activos en los cuidados.
- Valorar y agradecer: Reconocer el esfuerzo detrás del trabajo invisible que realizan las mujeres.
- Días de descanso: Ofrecerles tiempo libre para desconectarse y recargar energías.
El llamado a transformar las tradiciones
Las festividades pueden ser una oportunidad para reflexionar y actuar. Como sociedad, debemos dejar de dar por sentado que el bienestar del hogar depende exclusivamente de las mujeres. Este cambio no solo reducirá el estrés y la carga emocional, sino que también fomentará relaciones más saludables y equitativas.
La corresponsabilidad puede ser el regalo más valioso de esta Navidad, porque una verdadera noche de paz no puede existir mientras quienes cuidan no son cuidadas.
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