A veces, lo que parece una caminata sin rumbo tiene más sentido del que imaginamos. Un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) encontró que caminar al menos 5.000 pasos al día puede reducir significativamente los síntomas depresivos.
El hallazgo llega en el marco del Día Internacional de la Salud, como una dosis de esperanza para millones de personas que luchan contra el sedentarismo y los trastornos mentales.
El hallazgo: 5.000 pasos bastan para empezar a cambiar
La investigación analizó los hábitos de casi 100.000 adultos durante hasta siete años. Los resultados fueron reveladores: aquellos que caminaban 5.000 pasos diarios ya mostraban menos prevalencia de depresión.
El efecto es acumulativo: por cada 1.000 pasos extra, el riesgo disminuye un 9%. El umbral más efectivo se encontró en las personas que caminaban 7.500 pasos al día, con una reducción del 42% en síntomas depresivos. Eso sí, los beneficios se estabilizan después de los 10.000 pasos.
¿Y si no llegas a 10.000? Tranquilo, la constancia importa más
Caminar no es una carrera. De hecho, lo más sorprendente es que incluso quienes no alcanzan metas altas obtienen beneficios importantes. El estudio, que también revisó 33 investigaciones previas con casi 100.000 personas en total, refuerza una idea poderosa: algo es mejor que nada.
Andar diariamente, aunque sea poco, puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes.
Tecnología al servicio del bienestar
Hoy no necesitas ser un atleta para medir tu actividad física. Relojes inteligentes, celulares y apps de salud pueden ayudarte a contar pasos y motivarte a moverte más.
Como señala Bruno Bizzozero Peroni, uno de los autores del estudio, “es una medida objetiva, intuitiva y útil tanto para el público general como para profesionales de salud”.
Sedentarismo y depresión: una combinación peligrosa
El 31% de los adultos y el 81% de los adolescentes no cumplen con los mínimos de ejercicio recomendados.
La falta de movimiento no solo afecta el cuerpo, también mina el ánimo. Con más de 330 millones de personas que padecen depresión, encontrar estrategias accesibles es vital. Y caminar puede ser una de las más poderosas y olvidadas.
Una acción pequeña, un impacto profundo
Caminar activa procesos neurobiológicos que influyen directamente en el bienestar emocional. Desde la producción de endorfinas hasta la mejora del sueño, el simple hecho de moverse puede cambiar cómo ves la vida.
No necesitas metas imposibles. Basta con ponerte los tenis, abrir la puerta y empezar a contar tus pasos hacia una mejor salud mental.
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