Rafael Estrada Cano*
Veremos que tal resulta el Marketing 5.0 en opinión del consumidor mundial; del big data entre Washington y Beijing ¿que origen triunfará?; en internet satelital, la captación de la energía y la computación cuántica.
Para la próxima gran revolución tecnológica, los espacios en las empresas comienzan a compartirse entre todas las generaciones de seres y todos los sectores de desarrollo. Orientar una ruta de integración acorde a los nuevos paradigmas representa desafíos para las estructuras organizacionales. Dentro de una organización puede presentarse la convivencia intergeneracional de los Tradicionalistas, Baby Boomers, la generación X, los millennials e incluso los “Z” recién incorporados al mercado.
En este proceso conviven dos variables; primero, la diversidad con la que cada generación puede aportar su perspectiva y; segundo, la actitud generalizada de aprendizaje constante erradicando aquellas zonas infértiles para nuevos brotes de conocimiento. Sólo el 16% de las empresas implementa algún tipo de diferenciación por generación en las prácticas de atracción de talentos, según datos relevados por HuCap, consultora de recursos humanos, entre 129 empresas.
Internet gringo o chino
El espacio está a punto de volverse más concurrido, han dicho estos días, por considerar que Starlink enfrenta desafíos cada vez más duros a su dominio del internet satelital de alta velocidad, incluso de SpaceSail, que está controlada por el gobierno municipal de Shanghai, respaldado por el estado chino y otro servicio financiado por el fundador de Amazon, Jeff Bezos.
SpaceSail, firmó en noviembre pasado un acuerdo para ingresar a Brasil y anunció que estaba en conversaciones con más de 30 países. Dos meses después, comenzó a trabajar en Kazajstán, según la embajada de ese país en Pekín.
Desde 2020, Starlink ha lanzado más satélites a la órbita baja terrestre (LEO), a una altitud de menos de 2,000 km, que todos sus competidores juntos; los satélites que operan a altitudes tan bajas que transmiten datos de manera extremadamente eficiente, lo que proporciona Internet de alta velocidad a comunidades remotas, buques de navegación y ejércitos en guerra.
La primacía de Musk en el espacio es vista como una amenaza para Pekín, que está invirtiendo fuertemente en rivales y financiando la investigación militar en herramientas que rastrean constelaciones de satélites, según documentos corporativos chinos y artículos académicos.
Mientras tanto, China lanzó un récord de 263 satélites LEO el año pasado, según datos del astrofísico Jonathan McDowell analizados por la consultora tecnológica Analysys Mason. El año pasado, un periódico controlado por el regulador de telecomunicaciones de China elogió a SpaceSail como “capaz de trascender las fronteras nacionales, penetrar la soberanía y cubrir incondicionalmente el mundo entero… una capacidad estratégica que nuestro país debe dominar”.
Además, SpaceSail, anunció planes para desplegar 648 satélites LEO este año y hasta 15,000 para 2030; Starlink tiene actualmente unos 7,000 y se fijó el objetivo de operar 42,000 para finales de la década. Los lanzamientos de SpaceSail eventualmente comprenderán la constelación Qianfan, o “Mil Velas”, que marca el primer impulso internacional de China en la banda ancha satelital. Otras tres constelaciones chinas también están en desarrollo, y Beijing planea lanzar 43,000 satélites LEO en las próximas décadas e invertir en cohetes que puedan transportar múltiples satélites.
Qian Fan es una parte crucial del componente espacial de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China. El plan de desarrollo de infraestructura global de 1 billón de dólares es una política distintiva del líder chino Xi Jinping, pero ha sido acusado por los críticos de ser principalmente una herramienta para expandir la influencia geopolítica de Beijing.
Negocio solar chino
China planea construir una central eléctrica solar en el espacio, ósea, un panel solar de un kilómetro de ancho flotando a 36,000 kilómetros sobre la Tierra, donde la luz solar es 10 veces más intensa que en la superficie. El cohete Long March-9, capaz de transportar 150 toneladas, será clave para construir la primera central solar orbital.
La gigantesca central eléctrica solar orbital promete generar tanta energía en un año como todo el petróleo que puede extraerse de la Tierra, según declaró Long Lehao, diseñador jefe de los cohetes chinos Long March y miembro de la Academia China de Ingeniería, durante una conferencia de la Academia China de Ciencias, según reposo el South China Morning Post.
China está desarrollando el cohete Long March-9 (CZ-9), un gigante reutilizable con capacidad para levantar al menos 150 toneladas. Este cohete no solo será crucial para la construcción de la central solar, la que requerirá múltiples lanzamientos, sino también para los planes chinos de establecer una base de investigación lunar para 2035.
Computación cuántica y tolerancia al fallo
Una nueva empresa emergente está ya en experimentación funcional, el nivel cuántico aparece con una ventaja competitiva por consolidar en dos años, logrando superar velocidad, precisión y costo.
Este prototipo está diseñado para ser “tolerante al fallo”, por lo cual está considerada la autocorrección de errores en los procesos de cálculo.
Conclusión Biopolítica
Construir y favorecer entornos de múltiples generaciones trabajando con una visión compartida y con una visión sistémica, invita a reflexionar que sólo es posible a través de la complementación, donde todos colaboran entre sí y jamás compiten ni se rechazan.
Aunque en esta nueva generación de negocio “El objetivo final es ocupar la mayor cantidad posible de espacios orbitales”
P.D. ¿Qué modelo de negocio ganará la órbita geoestacionaria (GEO)?
*Analista político.
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