Desde hace tres años, los productores de limón en Michoacán enfrentan una escalada de extorsiones y violencia por parte del crimen organizado. La Asociación de Citricultores inició una cruzada contra el cobro de piso que afectaba a los limoneros del Valle de Apatzingán y municipios vecinos.
En julio de 2023, el sector agrícola y comercial del limón se paralizó por primera vez en Apatzingán y Buenavista debido a la extorsión: un peso por kilo, dividido entre 50 centavos por kilo cortado y 50 centavos por kilo comercializado. Tras un mes de paros, las autoridades desplegaron operativos para intentar frenar a los delincuentes.
Escalada de violencia y asesinatos
En 2024, “Los Viagras” y aliados aumentaron las cuotas, duplicando los montos y generando mayor tensión entre los productores. En poco más de un año, cinco limoneros fueron asesinados por resistirse a las extorsiones.
Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán y líder nacional, fue privado de la libertad el 19 de octubre y asesinado al día siguiente. José Luis Aguiñaga Escalera murió a tiros el 12 de septiembre de 2024 en Buenavista, mientras que Ramón Paz Salinas falleció el 14 de enero de 2025 por la explosión de un artefacto improvisado. Otros productores perdieron la vida en incidentes similares en Santa Ana y sobre la carretera Parácuaro-Cuatro Caminos.
Ataques y detenciones recientes
Además de asesinatos, los criminales prendieron fuego a un centro de acopio de limón en Apatzingán en noviembre de 2024. Sin embargo, las fuerzas federales lograron detener a Rigoberto López Mendoza, alias “El Pantano”, señalado como responsable de las extorsiones y del homicidio de Bravo Manríquez.
A pesar de estas detenciones, la violencia y las amenazas continúan afectando a los productores, quienes luchan por mantener su actividad económica frente a la creciente influencia de los cárteles en la región.
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