La mañana del martes, ante la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, ofreció un panorama inquietante: 12 centros penitenciarios del país concentran el 56% de los números telefónicos denunciados por extorsión a través del número nacional 089.
Una red de extorsión que opera desde prisión
Desde hace años, el delito de extorsión telefónica ha afectado a miles de mexicanos, pero esta vez, el dato fue contundente. De 2,389 líneas reportadas, más de la mitad provienen de tan solo una docena de cárceles.
La historia detrás de este hallazgo tiene un punto de inflexión en julio de 2025, cuando comenzó la Estrategia Nacional contra la Extorsión, impulsada por la Secretaría de Seguridad. Harfuch explicó que se han bloqueado antenas de comunicación en torno a los penales de Altamira y Matamoros (Tamaulipas), y en Santa Marta Acatitla (Ciudad de México) incluso se realizó el bloqueo total de servicios 3G y 4G.
“La extorsión desde prisión es un fenómeno que estamos enfrentando con tecnología, inteligencia y trabajo conjunto con las autoridades locales”, afirmó el secretario.
Resultados de la estrategia federal
El combate a este delito no se limita al bloqueo de señales. Según García Harfuch, se han llevado a cabo 730 revisiones en los 275 centros penitenciarios del país, decomisando teléfonos, chips, drogas y armas.
En los Centros Federales de Readaptación Social, las inspecciones suman 4,608 revisiones y miles de objetos asegurados. Pero más allá de las cifras, lo que destaca es el impacto directo en la prevención del delito:
- 83,800 llamadas se han recibido en la línea 089.
- 75% de los intentos de extorsión fueron evitados gracias a la denuncia.
- 2,929 carpetas de investigación han sido abiertas.
- 478 personas han sido detenidas.
La importancia de denunciar
El 089, una línea anónima y gratuita, ha sido una herramienta clave. A través de ella, miles de ciudadanos han logrado impedir que las amenazas o fraudes lleguen a concretarse.
El gobierno federal busca reforzar la cultura de la denuncia con campañas que informen cómo identificar una llamada de extorsión, evitando caer en engaños comunes como supuestos secuestros o falsos sorteos.
Un desafío persistente
A pesar de los avances, el reto continúa. México enfrenta un panorama donde la tecnología puede ser tanto aliada como amenaza. Los grupos delictivos han aprendido a operar desde las sombras, pero el fortalecimiento de la inteligencia digital y el control penitenciario abre una nueva etapa en la lucha contra la extorsión.
El mensaje de Harfuch fue claro: “No bajaremos la guardia. Mientras existan quienes intenten lucrar con el miedo de la gente, seguiremos bloqueando, investigando y deteniendo”.


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