Autoridades desmantelan una refinería clandestina en Coatzacoalcos que producía diésel y otros combustibles a escala industrial. Este hallazgo revela una nueva y alarmante sofisticación del crimen organizado.
El crimen organizado en México ha dado un salto evolutivo alarmante. Autoridades federales desmantelaron en Coatzacoalcos, Veracruz, una refinería clandestina a escala industrial, una operación que va mucho más allá del simple robo de combustible y revela una capacidad logística y técnica sin precedentes.
El concepto de «huachicol» ha sido redefinido. En un operativo coordinado que evidencia la creciente complejidad del combate a la delincuencia, fuerzas federales y estatales localizaron y desmantelaron una refinería ilegal en Coatzacoalcos, Veracruz, que operaba con una sofisticación industrial nunca antes vista en el país.
Este hallazgo no se trata de una simple toma clandestina para robar gasolina. La instalación estaba diseñada para procesar petróleo crudo y fabricar sus propios productos, marcando una escalada estratégica del crimen organizado: de ladrones de recursos a productores industriales paralelos al Estado.
De Ladrón a Productor: La Evolución del Crimen
La operación, resultado de labores de inteligencia y vuelos de reconocimiento, fue encabezada por la Secretaría de Seguridad bajo el mando de Omar García Harfuch, en conjunto con el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional, la FGR y Pemex. Lo que encontraron en el predio superó las expectativas.
La «narco-refinería» tenía la capacidad de producir:
* Diésel artesanal o alternativo
* Nafta ligera o solventes
* Aceites tratados o combustóleo ligero
Esta capacidad de refinación implica un nivel de conocimiento técnico, probablemente de ingeniería química, y una inversión de capital significativa en equipo especializado. Es la prueba de que los cárteles están diversificando sus operaciones, moviéndose hacia arriba en la cadena de valor para maximizar sus ganancias, al igual que una corporación multinacional.
«Se cumplimentó una orden de cateo. Se recuperaron más de 500 mil litros de crudo, así como infraestructura para la producción destinada al mercado ilícito de combustibles», informó Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad.
Una Operación a Escala Industrial
La magnitud de lo asegurado da cuenta de una operación masiva que, según expertos, no podría existir sin una profunda red de corrupción. En el lugar se decomisaron :
* Más de 500,000 litros de petróleo crudo.
* Un tractocamión y 10 pipas para el transporte del material.
* Múltiples tanques de almacenamiento de gran capacidad, tanto cilíndricos como móviles.
* Infraestructura especializada para la separación y transferencia de hidrocarburos.
Aunque en el operativo no se reportaron detenciones, las investigaciones ya apuntan a la posible complicidad de personal y proveedores de Pemex, según reportes del diario Reforma. Mover tal cantidad de equipo y material sin ser detectado, así como operar la maquinaria, sugiere la participación de una red de cómplices con conocimiento interno de la industria petrolera.
El descubrimiento de esta refinería clandestina no es solo un golpe al «huachicol». Es una advertencia sobre la creciente capacidad del crimen organizado para infiltrarse, replicar y competir con industrias estratégicas del Estado, lo que representa un desafío de seguridad nacional de primer orden. La pregunta que queda en el aire no es solo quiénes eran los operadores, sino quién en el poder permitió que esto sucediera.
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