Un crematorio en Ciudad Juárez ocultó 383 cuerpos y estafó a cientos de familias entregando cenizas falsas. Descubre la verdad detrás de este horror que expone una negligencia sin precedentes.
Un escándalo de proporciones aterradoras sacude a Ciudad Juárez. Autoridades descubrieron 383 cuerpos apilados y sin cremar en el «Crematorio Plenitud», destapando un fraude masivo donde se entregaban cenizas falsas a las familias de los difuntos.
Ciudad Juárez, Chihuahua.- La realidad ha superado a la ficción más macabra en esta ciudad fronteriza. Una investigación iniciada por denuncias de vecinos sobre «olores fétidos» ha destapado uno de los fraudes más crueles y dolorosos que se recuerden: el hallazgo de 383 cuerpos humanos embalsamados, apilados y en estado de descomposición dentro de las instalaciones del Crematorio Plenitud.
El descubrimiento no solo revela una grave violación a las leyes sanitarias y de inhumación, sino una estafa que profana el duelo de cientos de familias. Según la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, el crematorio, contratado por al menos seis funerarias locales, no realizaba las incineraciones por las que cobraba. En su lugar, acumulaba los cadáveres y presuntamente entregaba a los deudos cenizas de origen desconocido.
La cronología del horror: Años de engaño
La magnitud del engaño es devastadora. Las autoridades han señalado que algunos de los cuerpos podrían haber estado almacenados en el lugar por más de tres años, en condiciones insalubres y sin ningún tipo de orden. El fiscal general, César Jáuregui, confirmó que los cuerpos ya habían pasado por procesos funerarios y estaban en espera de la incineración que nunca llegó.
El dueño del establecimiento, identificado como José Luis A.C., y un empleado de nombre Facundo M.R., ya han sido detenidos y enfrentan cargos por violaciones a las leyes de inhumación y salud pública. Para resguardar los cuerpos, la fiscalía tuvo que alquilar un tráiler con caja refrigerante, mientras especialistas del Servicio Médico Forense (Semefo) trabajan en la titánica labor de identificación.
La «responsabilidad moral» de las funerarias
El escándalo ha salpicado directamente al gremio funerario. La Unión de Funerarios de Ciudad Juárez, a través de su representante Marcelo Ruiz Cantú, ha admitido que varias de sus empresas afiliadas contrataban los servicios de Plenitud. Aunque deslindaron la responsabilidad legal, asumieron una «responsabilidad moral» por la tragedia.
«Lejos de hacernos a un lado en esta situación, de deslindarnos, todo lo contrario. Estamos muy atentos a conocer las identidades y nosotros mismos vamos a levantar la mano: ‘yo fui el que traje ese cuerpo, yo fui el que recibí las cenizas y yo fui el que las entregué'», afirmó Ruiz Cantú, quien reconoció que esto es «una herida muy grande para Ciudad Juárez».
Lo más alarmante es que este no es el primer incidente. El líder del gremio reveló que el mismo crematorio, con más de 25 años de operación, ya había sido investigado en 2020 durante la pandemia de COVID-19 por acumular 63 cuerpos sin cremar. A pesar de ello, se le permitió regularizarse y seguir operando.
Un duelo roto y una pregunta aterradora
La noticia ha caído como una bomba entre los habitantes de Juárez, generando una pregunta aterradora que resuena en miles de hogares: «¿Las cenizas de mi ser querido son reales?». Las familias afectadas ahora enfrentan un segundo duelo, uno marcado por la traición y la incertidumbre. La fiscalía ha instado a quienes contrataron servicios funerarios en los últimos años a acercarse para iniciar el doloroso proceso de verificación.
Este caso expone una profunda grieta en la regulación y supervisión de los servicios funerarios, una falla sistémica que permitió que el horror operara a la vista de todos durante años.
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