La violencia en las carreteras de México escaló a un nuevo nivel este miércoles, cuando dos trabajadores de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) fueron emboscados a balazos en la autopista Querétaro-Irapuato. El ataque, ocurrido a plena luz del día, resultó en la muerte de un funcionario y dejó a otro gravemente herido.
Un acto de violencia sin precedentes sacudió la autopista Querétaro-Irapuato, una de las vías más transitadas del país. Alrededor de las 13:00 horas, a la altura del kilómetro 20, un vehículo oficial de CAPUFE fue interceptado por sujetos armados que abrieron fuego de manera indiscriminada contra sus ocupantes.
Los funcionarios federales se encontraban realizando un «recorrido de supervisión vial», una labor de rutina para garantizar la seguridad y el buen estado de la carretera, cuando fueron sorprendidos por la agresión. Testigos que presenciaron la emboscada dieron aviso inmediato a los servicios de emergencia.
A través de una nota informativa publicada en sus canales oficiales, CAPUFE confirmó el ataque y el trágico saldo. «Lamentamos informar que, derivado de una agresión, un trabajador de este organismo resultó fallecido y otro más herido», se lee en el comunicado. La dependencia expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y aseguró que ya se ha puesto en contacto con ellos para brindarles el apoyo necesario.
Un mensaje de desafío a la autoridad federal
Más allá de la tragedia humana, este evento representa un alarmante punto de inflexión en la dinámica de la inseguridad en el país. A diferencia de otros actos de violencia en carreteras, que suelen ser robos o enfrentamientos entre grupos criminales, este fue un ataque directo y premeditado contra personal del gobierno federal.
Los trabajadores de CAPUFE, aunque son civiles, representan la autoridad del Estado en la infraestructura más crítica de la nación: sus autopistas. El hecho de que fueran emboscados mientras realizaban sus funciones oficiales sugiere que no se trató de un crimen de oportunidad, sino de un acto deliberado para desafiar el control del Estado sobre el territorio.
“Las autoridades correspondientes trabajan ya en las investigaciones para el esclarecimiento de los hechos”, – Comunicado de CAPUFE.
Hasta el momento, las autoridades no han informado sobre el posible móvil del ataque ni la identidad de los agresores. La falta de información ha generado una ola de especulaciones y una profunda preocupación entre los ciudadanos que transitan diariamente por las carreteras federales.
La seguridad en las carreteras, en el punto de mira
Este incidente pone de relieve la creciente vulnerabilidad no solo de los usuarios de las autopistas, sino también del personal encargado de su mantenimiento y operación. La agresión directa a funcionarios de CAPUFE podría ser interpretada como un mensaje de los grupos criminales que operan en la región, demostrando su capacidad para actuar con impunidad incluso contra símbolos de la autoridad federal.
La Guardia Nacional y las fiscalías correspondientes han iniciado las investigaciones para dar con los responsables. Sin embargo, la audacia de este ataque exige una respuesta contundente y una revisión profunda de las estrategias de seguridad en la red carretera nacional para proteger tanto a los ciudadanos como a quienes trabajan para mantenerla funcional y segura.
TE PODRÍA INTERESAR