Como parte del protocolo de emergencia por las inundaciones en Guanajuato, se ha ordenado el despliegue de fuerzas de seguridad pública en las zonas de desastre para resguardar la propiedad de los afectados y prevenir la comisión de delitos como la rapiña.
En medio del caos y la incertidumbre generados por las devastadoras inundaciones en Guanajuato capital, una de las prioridades de las autoridades, además del rescate y la ayuda humanitaria, es garantizar el orden y la seguridad. Para ello, se ha activado un operativo especial de seguridad que contempla el despliegue de policías municipales, estatales y elementos de la Guardia Nacional en las áreas más afectadas por el desbordamiento de las presas.
El objetivo principal de esta medida es claro: prevenir actos de saqueo y rapiña en viviendas y negocios que han tenido que ser evacuados o que han quedado vulnerables tras la emergencia.
Mantener el Orden en Medio de la Crisis
La experiencia en desastres naturales en México y en el mundo demuestra que las situaciones de emergencia pueden ser aprovechadas por grupos delictivos para cometer robos, aprovechando la ausencia de los propietarios y la confusión general.
Para contrarrestar esta amenaza, el plan de seguridad contempla:
- Patrullajes constantes: Rondas de vigilancia permanentes en las colonias y calles del centro histórico que resultaron inundadas.
- Resguardo de propiedades: Presencia policial fija en puntos estratégicos, como zonas comerciales y áreas residenciales densamente pobladas.
- Control de accesos: Establecimiento de filtros de seguridad para controlar el paso de personas y vehículos a las zonas de mayor riesgo, permitiendo el acceso únicamente a residentes acreditados y personal de emergencia.
Un Contexto de Seguridad Complejo
Este despliegue preventivo se da en un estado que ya enfrenta importantes desafíos en materia de seguridad. Guanajuato ha sido una de las entidades con mayores índices de violencia en los últimos años, y las corporaciones policiales locales se encuentran en un proceso constante de fortalecimiento.
Recientemente, se ha discutido la necesidad de equipar a las policías municipales con armamento de mayor calibre para hacer frente a la delincuencia organizada, una solicitud que evidencia la complejidad del panorama de seguridad en la región. En este contexto, la capacidad de las fuerzas del orden para responder eficazmente a una emergencia natural, mientras mantienen sus labores de combate al crimen, es puesta a prueba.
Aunque hasta el momento no se han reportado incidentes de saqueo a gran escala, la presencia visible de las fuerzas de seguridad es un factor disuasorio clave y un elemento fundamental para brindar tranquilidad a los ciudadanos que ya han perdido parte de su patrimonio a causa de la inundación. La disciplina social y la acción coordinada de las autoridades serán determinantes para que la tragedia natural no se vea agravada por una crisis de seguridad.


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