El histórico líder del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, rompió décadas de silencio en una audiencia clave en la Corte de Distrito para el Este de Nueva York, donde admitió su responsabilidad en el narcotráfico y pidió perdón a las víctimas de la violencia.
Con la voz firme pero cargada de peso histórico, Zambada dijo: “Pido perdón a todos los que han sufrido o se han visto afectados por mis acciones”. La declaración sorprendió incluso a quienes lo habían seguido durante más de medio siglo de carrera criminal.
El perdón de Zambada y su renuncia a apelar
Durante la audiencia del 25 de agosto de 2025, el capo de 77 años aceptó dos cargos por crimen organizado. Aunque enfrentaba 17 acusaciones por narcotráfico, lavado de dinero y armas, la fiscalía decidió no buscar la pena de muerte.
El juez Brian Cogan, el mismo que sentenció a Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2019, escuchó cómo “El Mayo” renunció a sus derechos de juicio y apelación. “Llegó el momento de reconocer mi responsabilidad”, afirmó.
La sentencia fue programada para el 13 de enero de 2026, una fecha que podría marcar el fin de la era de uno de los capos más poderosos de la historia.
El Cártel de Sinaloa y su impacto histórico
En su declaración, Zambada admitió que el Cártel de Sinaloa traficó más de 1.5 millones de kilos de cocaína hacia Estados Unidos, además de marihuana, metanfetaminas y heroína.
“Creé una red criminal que encabezaba y que hoy todos conocen como el Cártel de Sinaloa”, dijo ante fiscales y agentes de la DEA.
Pero más allá del tráfico, Zambada reconoció la corrupción sistémica que permitió su operación: “Pagamos a policías, militares y políticos que nos protegieron”.
De joven campesino a capo del narco más buscado
La audiencia también reveló un lado personal. Zambada narró que se involucró con las drogas a los 19 años, en 1969, traficando marihuana en Sinaloa. Con los años, expandió su negocio hacia la cocaína y estableció alianzas que transformaron al Cártel de Sinaloa en la organización criminal más poderosa del mundo.
Su liderazgo discreto contrastó con la figura mediática de “El Chapo”. Mientras Guzmán buscaba reflectores, “El Mayo” prefirió las sombras, lo que le permitió evadir la justicia por más de 50 años.
El costo humano de la violencia
El momento más impactante de la audiencia llegó cuando Zambada reconoció el dolor causado:
“Asumo toda la responsabilidad y pido perdón a todos los afectados por mis decisiones”.
Un mea culpa que, más allá del proceso judicial, deja abierta la pregunta: ¿es este el final de la dinastía criminal de “El Mayo” o solo un movimiento estratégico del Cártel de Sinaloa para adaptarse a los nuevos tiempos?
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