Asesinato de Carlos Manzo reveló una operación criminal planeada con precisión y en tiempo real a través de un grupo de WhatsApp, según confirmó el Gabinete de Seguridad tras semanas de análisis forense y seguimiento de comunicaciones.
La investigación permitió reconstruir minuto a minuto cómo presuntos integrantes del Cártel Nueva Generación dieron instrucciones, vigilaron al alcalde de Uruapan y ejecutaron el ataque del 1 de noviembre. Con nuevas detenciones y hallazgos, el caso del asesinato de Carlos Manzo toma un giro decisivo en México.
Cómo se coordinó el asesinato de Carlos Manzo en WhatsApp
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó la detención de Jorge Armando “N”, alias “El Licenciado”, señalado como autor intelectual y como uno de los líderes que operaron la logística del asesinato de Carlos Manzo. La investigación lo ubica como el responsable de impartir órdenes directas al grupo encargado de seguir al alcalde, definir los puntos de vigilancia y coordinar los movimientos del tirador.
Según los reportes de inteligencia, en el grupo de WhatsApp participaban al menos tres individuos clave: Ramiro “N”, Fernando Josué “N” y Francisco Josué “N”. Todos recibían instrucciones en tiempo real por parte de “El Licenciado”, quien modificaba chips telefónicos de manera constante para evitar su localización. De acuerdo con autoridades, esta comunicación digital permitió organizar la ruta, horario y ejecución del ataque con una rapidez que complicó el margen de reacción de las fuerzas de seguridad.
El caso tomó fuerza cuando García Harfuch confirmó que Fernando y Josué fueron hallados sin vida días después, el 10 de noviembre, sobre la carretera Uruapan–Paracho. Este hallazgo detonó la recuperación de sus teléfonos móviles, cuyo análisis reveló toda la operación detrás del asesinato de Carlos Manzo. Gracias a esta evidencia se pudo seguir el rastro de conversación, audios y videos que dejaron al descubierto la coordinación del crimen.
Las autoridades detallaron que Ramiro “N” era quien estaba físicamente en la zona donde ocurrió el ataque. Desde ahí grabó videos, dio actualizaciones y confirmó movimientos del alcalde, a quien identificaban dentro del grupo como “el cliente”. La operación incluía vigilancia en varios puntos para mantener control de cada desplazamiento del edil. Esta coordinación meticulosa de los hechos impulsó a la Fiscalía a reforzar la narrativa de que el asesinato de Carlos Manzo fue premeditado, organizado y ejecutado con total intención por un grupo criminal.
Los mensajes recuperados demuestran que minutos antes del ataque ya existían instrucciones claras para disparar sin importar quién estuviera con él. La orden de “a como dé lugar” terminó siendo uno de los elementos más contundentes detrás de la imputación contra “El Licenciado”. Estos hallazgos permiten dimensionar cómo los delincuentes utilizaron herramientas de comunicación cotidianas, como WhatsApp, para planear un homicidio de alto impacto político.
La secuencia del asesinato de Carlos Manzo según los mensajes
El análisis de los mensajes recuperados permitió establecer una cronología precisa del asesinato de Carlos Manzo. El nivel de detalle en las comunicaciones evidencia una estructura criminal organizada y con roles claramente definidos.
A las 18:06 horas del 1 de noviembre, Ramiro “N” envió un video al grupo mostrando la jardinera donde minutos después ocurriría el ataque. En el mensaje afirmaba estar en el sitio para “ubicar al cliente”. Este primer registro marcó el inicio de la fase operativa. Casi dos horas más tarde, a las 19:45 horas, los integrantes del chat confirmaron que el alcalde asistía al Festival de Velas y que estaba transmitiendo en vivo desde redes sociales. Este dato facilitó su localización en tiempo real.
Llegadas las 20:00 horas, Ramiro reportó que las autoridades habían sometido al tirador Víctor Manuel “N” y que el alcalde estaba siendo atendido tras la agresión. En este mensaje añadió un nuevo video desde la escena, evidenciando que continuaba vigilando el lugar pese a la movilización policial. La última acción registrada ocurrió a las 20:14 horas, cuando Ramiro pidió que recogieran a su colaborador Francisco Josué “N”, quien también participó en la operación.
El Gabinete de Seguridad destacó que después de dar cada instrucción, “El Licenciado” ordenaba a los participantes borrar los mensajes para dificultar el rastreo. Sin embargo, la recuperación forense de los equipos permitió reconstruir cada paso y establecer responsabilidades. En este entramado se descubrió también que Ramiro “N” fungía como instructor del grupo, enseñando el uso de armas de fuego y ejerciendo castigos físicos a quienes no cumplían órdenes.
Las autoridades señalaron que la instrucción central del asesinato de Carlos Manzo era ejecutarlo sin importar si el alcalde se encontraba acompañado. La prioridad era eliminarlo, sin considerar la presencia de civiles o asistentes del festival. Esta decisión fortaleció la tesis de que el homicidio tenía motivos relacionados con la disputa territorial del crimen organizado en Michoacán, una región históricamente presionada por distintos grupos delictivos.
Con las detenciones recientes, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Seguridad reafirmaron su compromiso de llevar a los responsables ante la justicia. Tanto los implicados directos como los operadores de alto nivel siguen bajo investigación para determinar la cadena completa de mando. La captura de “El Licenciado” marca un avance importante, pero las autoridades han subrayado que el caso continúa abierto y se esperan nuevas acciones en los próximos días.
El asesinato de Carlos Manzo no solo representa un golpe a la seguridad pública en Uruapan, sino también un recordatorio del nivel de infiltración y control territorial que los grupos criminales ejercen en distintas zonas del país.
La coordinación del crimen a través de WhatsApp para el asesinato de Carlos Manzo revela una nueva modalidad operativa donde la tecnología se convierte en una herramienta clave para los delincuentes. El caso se ha vuelto emblemático para entender cómo el crimen organizado utiliza canales cotidianos para planear ataques de alto impacto.
A medida que la investigación sobre el asesinato de Carlos Manzo avanza, el gobierno mantiene activa la estrategia para desarticular la célula responsable del homicidio y evitar que casos similares ocurran en Michoacán. El trabajo conjunto entre Ejército, Guardia Nacional y autoridades estatales seguirá siendo determinante para cerrar el círculo sobre todos los involucrados y garantizar justicia para el alcalde y para su comunidad.
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