Un estado en alerta ante el repunte delictivo
El estado de Colima enfrenta un repunte en los índices de violencia durante los últimos meses, lo que llevó a la llegada de mil 200 elementos de la Guardia Nacional (GN) como parte de una estrategia de reforzamiento de seguridad coordinada entre el gobierno estatal y la Federación. La gobernadora Indira Vizcaíno Silva confirmó que el despliegue se realizará esta misma semana, con prioridad en los municipios con mayor número de delitos.
El anuncio surge tras un escenario de creciente preocupación social: 55 homicidios registrados solo en octubre, además de una serie de incendios provocados contra vehículos y negocios en la capital del estado. Estas cifras han generado una percepción de inseguridad incluso en zonas donde previamente se había reportado una disminución delictiva.
De la reducción al repunte: el punto de quiebre en la seguridad estatal
Según la mandataria, hasta agosto de 2025 Colima mantenía una tendencia a la baja en materia delictiva. Sin embargo, los hechos violentos ocurridos en los últimos meses alteraron esa tendencia y provocaron alarma pública.
Entre agosto y octubre se registraron 8 negocios y 25 vehículos incendiados intencionalmente, una situación que —según la gobernadora— contribuyó de forma directa a elevar la sensación de inseguridad entre la ciudadanía, especialmente en la capital del estado, donde se concentra la mayor parte de los actos criminales.
La administración estatal reconoce que, aunque se han logrado avances en algunos delitos, hay zonas donde los números no reflejan mejora perceptible para la población, particularmente en robo de vehículo, robo a negocio y robo a casa habitación.
Por qué la Guardia Nacional refuerza Colima ahora
El contingente federal arribará para apoyar las labores de seguridad en todo el territorio estatal, pero con un enfoque especial en los municipios de Colima y Villa de Álvarez, considerados actualmente los de mayor riesgo. Se trata de uno de los despliegues operativos más grandes recibidos por la entidad desde 2022.
La intervención se da en un contexto nacional más amplio: durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, se confirmó que el incremento de homicidios en el estado está relacionado con la liberación reciente de un líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). La mandataria federal también informó que el juez responsable de la liberación ya fue suspendido.
Violencia criminal y reacción institucional
Colima ha sido históricamente uno de los puntos más conflictivos del país debido a su ubicación estratégica para el trasiego de drogas, armas y mercancías ilegales. En años recientes ha resultado escenario de disputas entre células criminales, así como de ataques directos a la población civil mediante incendios, atentados y cobros de piso.
El despliegue de la Guardia Nacional busca estabilizar tanto la situación operativa como la percepción pública de seguridad, que —según Vizcaíno— se ha visto deteriorada de manera más severa en la capital donde “lo que ocurre se concentra y se ve, aunque en otros municipios la tendencia delictiva sea distinta”.
¿Qué esperan las autoridades con este refuerzo?
El gobierno estatal prevé que la presencia de los mil 200 elementos contribuya a:
- Reducir la incidencia delictiva en zonas urbanas críticas
- Desarticular células responsables de incendios y extorsiones
- Disminuir la tasa de homicidios vinculados al crimen organizado
- Fortalecer la cooperación entre fuerzas federales, estatales y municipales
- Evitar que la violencia se expanda a otros municipios del estado
La gobernadora señaló que el refuerzo será permanente, no temporal, hasta que se restablezcan niveles de seguridad aceptables.
Un reto clave: la percepción ciudadana
Aunque los datos oficiales reflejan altibajos en la tasa de delitos, uno de los desafíos principales es recuperar la confianza de la población. La mandataria reconoció que para la ciudadanía es difícil percibir la mejora cuando los hechos violentos son visibles, mediáticos y repetitivos.
Esto es particularmente relevante en Colima capital, donde más de la mitad de los delitos del estado se concentran, lo que genera un contraste con municipios donde sí se perciben descensos delictivos.
La llegada de mil 200 elementos de la Guardia Nacional representa un punto de inflexión para Colima, un estado pequeño en población pero con uno de los índices delictivos más altos del país. Mientras se fortalece la presencia federal, el gobierno estatal busca equilibrar el combate directo al crimen organizado con programas de prevención y reconstrucción social.
El éxito del operativo no dependerá únicamente de la fuerza armada, sino de la capacidad institucional para romper el ciclo de violencia, atender las causas y recuperar la confianza ciudadana, un reto que sigue abierto.


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