Ismael “El Mayo” Zambada García, de 77 años, cofundador del Cártel de Sinaloa, se presentará el próximo 25 de agosto ante la corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York. Se espera que acepte cargos, un paso crucial en uno de los juicios más relevantes contra el narcotráfico internacional.
Mikel Vigil, ex jefe de Operaciones Internacionales de la DEA, advierte que la edad y la salud del capo podrían acelerar su salida del sistema judicial, acercándolo a una condena menor o cadena perpetua, como ocurrió con Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2019.
Salud y avanzada edad de “El Señor del Sombrero”
El deterioro físico de Zambada ha sido evidente en sus apariciones recientes en corte. Según grabaciones presentadas por Anabel Hernández en su podcast Narcosistema, el líder criminal podría estar recibiendo tratamiento de diálisis y sufre diabetes desde hace décadas.
“Sí oiga, lo que pasa es que al viejo ya le estaban dando diálisis, la diabetes lo está matando”, se escucha en los audios filtrados.
La DEA confirmó que la enfermedad se ha agravado por descuidos en su alimentación, lo que refuerza la advertencia de Vigil sobre la posibilidad de que no sobreviva al largo proceso judicial estadounidense.
Contexto histórico y detención de Zambada
Durante más de cinco décadas, ‘El Mayo’ lideró el Cártel de Sinaloa con discreción, consolidando su posición en el crimen organizado. Su detención, ocurrida el 25 de julio, fue revelada parcialmente por el entonces embajador estadounidense en México, Ken Salazar, destacando diferencias con la entrega voluntaria de Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”.
Existen versiones sobre una posible traición interna en el cártel, ya que, según Salazar, Zambada habría sido trasladado contra su voluntad a Nuevo México para su procesamiento.
Actualmente enfrenta 17 cargos relacionados con narcotráfico, delincuencia organizada y lavado de dinero, un proceso que podría revelar nuevos detalles sobre la operación y miembros implicados del cártel.
Impacto de la edad en el sistema judicial estadounidense
Mikel Vigil explica que el proceso judicial para sentencias de muerte o largas condenas en EE.UU. es largo y complejo, con múltiples apelaciones. La avanzada edad de Zambada lo convierte en un caso atípico: un reo que podría no vivir lo suficiente para cumplir condena completa.
“No le conviene a Estados Unidos prolongar un proceso que posiblemente no va a terminar, dadas sus condiciones de salud”, añade Vigil.
Este escenario genera expectativas tanto en México como en Estados Unidos sobre la duración final de su condena y cómo el sistema judicial manejará casos de criminales de avanzada edad con problemas de salud graves.
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