En el corazón de Morelos, una entidad que ha enfrentado el avance del crimen organizado en los últimos años, la tensión política vuelve a escalar. Tres alcaldes de distintos municipios hoy viven bajo resguardo estatal y federal, luego de recibir amenazas de muerte presuntamente ligadas a bandas criminales.
Durante la conferencia quincenal de seguridad, el secretario estatal Miguel Ángel Urrutia Lozano confirmó que los ediles fueron incorporados a un esquema de protección especial. Aunque sus nombres no fueron revelados, se sabe que las medidas incluyen escoltas armados, vigilancia permanente y protocolos de movilidad discreta.
“Son tres alcaldes que cuentan con medidas de seguridad adicionales, derivadas de un análisis de riesgo validado por las autoridades competentes”, explicó el funcionario.
Violencia política en aumento: un patrón preocupante
El anuncio ocurre pocos días después del asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, ejecutado en un acto público. Su muerte volvió a poner sobre la mesa un fenómeno cada vez más alarmante: la violencia política.
México ha registrado un aumento constante en los ataques contra figuras municipales, especialmente en regiones donde operan organizaciones criminales. Los alcaldes, por su cercanía con la población y su control sobre los presupuestos locales, se han convertido en blancos estratégicos de grupos que buscan influir en decisiones gubernamentales o asegurar impunidad.
En Morelos, los reportes de inteligencia indican la presencia de al menos tres cárteles disputándose rutas y territorios. Este escenario ha obligado al estado a reforzar la coordinación con la Federación para evitar más agresiones contra funcionarios públicos.
Protección discreta y coordinación interinstitucional
El esquema de seguridad implementado para los tres alcaldes se diseñó bajo un protocolo conjunto entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Guardia Nacional y autoridades locales.
Las medidas van desde vigilancia en domicilios y oficinas, hasta escoltas en traslados y actividades públicas. Aunque el gobierno no ha revelado detalles por motivos de seguridad, se confirmó que el monitoreo es permanente y se revisa semanalmente con base en los reportes de riesgo.
Más allá de la protección física, el reto ahora está en garantizar que los ediles puedan ejercer su labor sin ceder ante las presiones del crimen organizado.
El desafío de gobernar bajo amenaza
Gobernar bajo constante peligro se ha convertido en una realidad para decenas de funcionarios municipales en México. El miedo, la extorsión y las amenazas son parte del panorama diario en varias regiones del país.
La situación de Morelos refleja el dilema que enfrentan muchos gobiernos locales: mantener la autoridad sin poner en riesgo la vida de sus representantes. Las estrategias de seguridad deben ir acompañadas de acciones integrales que incluyan fortalecimiento institucional, depuración policial y colaboración ciudadana.
El desafío no es solo proteger a tres alcaldes, sino recuperar la confianza y la seguridad de todo un estado.
TE PODRÍA INTERESAR