Más allá del legado de López Obrador
En poco más de 100 días de su mandato, la presidenta Claudia Sheinbaum ha comenzado a construir una identidad propia, marcando diferencias notables con el estilo de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. Sin confrontaciones directas, pero con acciones estratégicas, Sheinbaum se posiciona como una jefa de Estado que busca gobernar para todos, más allá de colores partidistas o ideologías.
En un evento sin precedentes, reunió a más de 30 gobernadores y 1,800 alcaldes, incluidos líderes de oposición, en el World Trade Center de la Ciudad de México. Este acto refleja un cambio en la narrativa gubernamental: del enfoque partidista al diálogo incluyente.
Claudia Sheinbaum: Estadista y líder incluyente
Un estilo que une, no divide
Durante su sexenio, López Obrador se enfocó en movilizar a su base y priorizar a sus seguidores. En contraste, Sheinbaum ha dejado claro que su misión trasciende la esfera electoral. Al reunir a gobernadores de todos los partidos, muestra una postura de estadista que busca construir consensos y soluciones colectivas.
Palabras de unidad
En el evento, líderes opositores destacaron la importancia de trabajar juntos:
- Samuel García (MC), gobernador de Nuevo León:
«Es tiempo de cerrar filas. Juntos tendremos un gran sexenio, presidenta». - Mauricio Kuri (PAN), gobernador de Querétaro:
«Es tiempo de mirar con los colores de nuestra bandera: verde, blanco y rojo». - Esteban Villegas (PRI), gobernador de Durango:
«Cuente con nosotros para trabajar en seguridad, salud y que renazca la grandeza de México».
Estas declaraciones reflejan un ambiente de colaboración poco visto en años recientes.
Acapulco está de pie y se transforma contigo. Anunciamos una estrategia integral que, a través de inversión pública, servirá para mejoramiento urbano, agua y saneamiento. Que vivan las y los guerreros de este bello puerto. Que viva Guerrero, donde la patria es primero. pic.twitter.com/y9h6bflcoT
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) January 17, 2025
Contrastes con el estilo de AMLO
1. Adiós a la estrategia de “abrazos, no balazos”
Sheinbaum ha comenzado a rediseñar la estrategia de seguridad. Sin descartar la necesidad de programas sociales, su enfoque parece orientarse hacia una mayor coordinación con estados y municipios, reconociendo la importancia de la acción directa contra el crimen organizado.
2. Reconocimiento del desabasto de medicamentos
A diferencia de su predecesor, quien evitaba admitir fallos, Sheinbaum ha abordado de frente el problema del desabasto de medicinas. Esta semana anunció nuevos esquemas de adquisición que buscan resolver uno de los temas más sensibles para la ciudadanía.
3. Diálogo con la oposición
Mientras AMLO evitaba encuentros con líderes opositores, Sheinbaum ha mostrado apertura al diálogo, enviando un mensaje de inclusión y reconciliación nacional.
Un gobierno para todos: Más allá de los colores partidistas
Sheinbaum entiende que gobernar no solo se trata de ganar elecciones, sino de generar resultados tangibles para toda la población. Su llamado a la unidad se basa en construir puentes con todos los sectores:
- Cooperación intergubernamental: Impulsar proyectos conjuntos en temas clave como agua, salud y seguridad.
- Desactivación de tensiones políticas: Su tacto político ha permitido neutralizar resistencias, ganando aliados incluso entre sus críticos.
- Foco en resultados: Priorizar la entrega de soluciones concretas en lugar de mantener una narrativa confrontativa.
Retos y oportunidades para el nuevo estilo de liderazgo
Aunque el inicio del mandato de Sheinbaum ha sido prometedor, enfrenta importantes desafíos:
- Seguridad pública: Redefinir la estrategia de combate al crimen organizado sin caer en excesos autoritarios.
- Desabasto de medicinas: Garantizar que las nuevas políticas de adquisición sean eficaces y transparentes.
- Unidad nacional: Mantener el diálogo abierto con todos los sectores políticos, sociales y económicos.
Un camino hacia el consenso nacional
Claudia Sheinbaum está marcando un nuevo rumbo para la presidencia en México. Su estilo incluyente, pragmático y orientado a resultados es un respiro para un país que ha vivido años de polarización. Si logra consolidar este enfoque, no solo fortalecerá su legado, sino que sentará las bases para un México más unido y próspero.
En los próximos años, los mexicanos estarán atentos a cómo este nuevo liderazgo enfrenta los grandes retos del país, mientras construye un gobierno que trabaje para todos, más allá de los colores partidistas.
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