El gobierno de Claudia Sheinbaum ha iniciado un polémico proceso para eliminar siete organismos autónomos, siendo el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) el primero en la lista. Este movimiento, respaldado por legisladores afines, despierta alarmas sobre los riesgos de opacidad y concentración de poder.
Aunque presentado como parte de una política de austeridad, la desaparición del Inai parece tener motivaciones más profundas: el control de la información que alguna vez expuso los escándalos más incómodos de los gobiernos recientes, incluido el actual.
El papel del Inai en la rendición de cuentas
Desde su creación en el sexenio de Vicente Fox, cuando se le conocía como IFAI, el Inai ha sido fundamental para garantizar la transparencia gubernamental. A través de este organismo, los ciudadanos han podido acceder a información clave sobre:
- Escándalos de corrupción como el Toallagate y la Estafa Maestra.
- Contratos y manejos presupuestales polémicos, como los relacionados con el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Transístmico.
- Revelaciones recientes sobre el presunto tráfico de influencias de los hijos de Andrés Manuel López Obrador (el «Clan López»).
Gracias a herramientas como las solicitudes de acceso a la información, periodistas, académicos y ciudadanos pudieron fiscalizar al poder y exponer casos de corrupción que de otro modo hubieran quedado ocultos.
¿Por qué desaparecer al Inai?
El gobierno actual justifica su desaparición bajo el argumento de que sus funciones pueden ser asumidas por la Secretaría Anticorrupción. Sin embargo, esta propuesta plantea serias dudas:
- Conflicto de interés: ¿Cómo puede el mismo gobierno ser juez y parte en la rendición de cuentas?
- Venganza política: La desaparición del Inai coincide con su papel en la revelación de escándalos que afectan directamente al círculo cercano del expresidente López Obrador.
- Retroceso democrático: Concentrar el control de la transparencia en el Ejecutivo abre la puerta a la opacidad y el autoritarismo.
¿Qué pierde México sin el Inai?
La desaparición del Inai no solo afectará a los periodistas y académicos que han utilizado sus herramientas para investigar, sino también a los ciudadanos comunes:
- Menor acceso a la información pública: Sin un organismo independiente, será más difícil obtener datos sobre el uso de recursos públicos.
- Protección de datos personales en riesgo: El Inai también garantiza la seguridad de nuestra información privada frente a abusos gubernamentales o empresariales.
- Impunidad fortalecida: Al eliminar un contrapeso clave, las irregularidades en el manejo de recursos podrían quedar sin castigo.
De la transparencia al autoritarismo
La desaparición del Inai no es solo un tema administrativo; representa un peligroso precedente de concentración de poder. Si el control de la transparencia pasa al gobierno, se diluye la capacidad de la ciudadanía para exigir rendición de cuentas.
«Esto no es austeridad republicana, es venganza. Un paso más hacia la autopista de la dictadura», señalan críticos del movimiento.
El contraste histórico: Fox, Calderón, Peña y AMLO
A lo largo de su historia, el Inai sobrevivió a gobiernos que también fueron incomodados por sus resoluciones:
- Vicente Fox: El «Toallagate» y los negocios de sus hijastros fueron expuestos gracias a la transparencia.
- Felipe Calderón: Contratos de seguridad y los manejos de García Luna salieron a la luz.
- Enrique Peña Nieto: La «Estafa Maestra» y otros escándalos financieros fueron revelados con ayuda del Inai.
Ninguno de estos presidentes se atrevió a desaparecer al organismo, aunque les incomodara. La decisión del gobierno de Sheinbaum, heredada de López Obrador, marca un punto de quiebre.
¿Qué sigue para la transparencia en México
En lugar de eliminar organismos como el Inai, el enfoque debería ser:
- Fortalecer su independencia: Hacer al Inai más ciudadano, con mayor poder para sancionar irregularidades.
- Mejorar su eficiencia: Revisar costos y funcionamiento para garantizar su utilidad.
- Garantizar su autonomía: Protegerlo de influencias políticas para que siga siendo un contrapeso efectivo.
La desaparición del Inai no soluciona problemas, sino que genera más opacidad y riesgo de abuso de poder.
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