Durante la conferencia matutina del viernes, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo abordó un tema crucial relacionado con la historia de la producción petrolera en México. A pesar de que los números actuales muestran una caída significativa en la extracción de petróleo comparado con los picos de 2004, la mandataria aclaró que la estrategia ha cambiado, y no se puede comparar el pasado con la política implementada bajo su administración.
En 2004, bajo el gobierno de Vicente Fox, la producción de petróleo alcanzaba los 3.4 millones de barriles diarios. Sin embargo, Sheinbaum calificó esa cifra como una consecuencia de una política de «sobreexplotación irresponsable», especialmente en el yacimiento de Cantarell. De acuerdo con la presidenta, Fox y su administración optaron por extraer petróleo a gran escala utilizando técnicas como la inyección de nitrógeno, lo que contaminó el yacimiento y redujo drásticamente su capacidad de producción a largo plazo.
Las consecuencias de la extracción excesiva
«Se acabaron rápidamente los recursos y el petróleo que aún podría estar produciendo, no pudo mantenerse por mucho más tiempo debido a la manera en que lo extrajeron», señaló Sheinbaum. Al inyectar nitrógeno en el yacimiento, la extracción resultó más costosa y menos eficiente con el paso del tiempo. Además, el gobierno mexicano no logró gestionar de manera adecuada los excedentes de petróleo, lo que provocó que el país perdiera una fuente valiosa de ingresos y recursos energéticos.
El impacto de esta política, según la presidenta, se extendió durante el gobierno de Felipe Calderón. Aunque la producción nunca alcanzó los 3.4 millones de barriles diarios, las estrategias de Calderón estuvieron marcadas por la misma mentalidad de sobreexplotación, lo que, según Sheinbaum, dejó al país sin una fuente sostenible de petróleo que pudiera haber sido aprovechada en el futuro.
Estrategia actual: Moderación y enfoque en la autosuficiencia energética
Claudia Sheinbaum detalló que la administración actual ha adoptado una estrategia mucho más responsable. En lugar de seguir con la extracción masiva, el presidente Andrés Manuel López Obrador estableció un límite de producción de 1.8 millones de barriles diarios, cifra que, según Sheinbaum, está en camino de ser alcanzada. A diferencia de la estrategia anterior, hoy la meta no es solo aumentar la producción, sino asegurar que la mayor parte de este petróleo sea utilizado para la producción nacional de gasolinas y diésel, a través de las refinerías del país.
Además, la presidenta enfatizó que, en el contexto actual, el gobierno está comprometido con el uso de fuentes renovables de energía para cubrir el crecimiento de la demanda energética del país. Esta política es parte de la transición hacia una matriz energética más sostenible que no dependa únicamente de los combustibles fósiles.
«Lo que estamos buscando es que la mayor parte de nuestra producción de petróleo se transforme en gasolina y diésel en nuestras propias refinerías», aseguró Sheinbaum, destacando la importancia de fortalecer las capacidades internas de transformación del petróleo en lugar de depender de las importaciones.
La importancia de Pemex en la estrategia nacional
A lo largo de su intervención, Sheinbaum hizo hincapié en el papel crucial de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la estrategia energética del país. Según la mandataria, el equipo de Pemex está trabajando incansablemente para aumentar la producción y mejorar los procesos de refinación, petroquímica y fertilizantes. «Tenemos un equipo competente en Pemex, cada semana me envían la producción de petróleo y estamos trabajando en cómo recuperar los niveles de producción del 1.8 millones de barriles», agregó.
Pemex es clave no solo para la producción de energía, sino también para garantizar la autosuficiencia alimentaria y la producción de fertilizantes, elementos esenciales para el desarrollo agrícola de México. La mandataria destacó que la recuperación del sector energético es fundamental para lograr una transición energética que beneficie tanto a las generaciones actuales como a las futuras.
Retos de la política energética: Una mirada hacia el futuro
A pesar de los avances en la producción y transformación de petróleo, Sheinbaum también señaló los retos que enfrenta México para garantizar una transición energética exitosa. La dependencia de los combustibles fósiles sigue siendo una realidad en muchas partes del país, pero la presidenta hizo un llamado a la diversificación de fuentes de energía, apuntando al desarrollo de energías renovables como la clave para reducir la huella de carbono y alcanzar la sostenibilidad.
El reto es claro: lograr una transición hacia energías limpias sin comprometer la estabilidad energética y económica del país. La estrategia actual, según Sheinbaum, está orientada a equilibrar la producción interna de energía y la adopción de fuentes más sostenibles, lo que permitirá que México avance hacia un modelo energético más eficiente y menos dependiente de los hidrocarburos.
Claudia Sheinbaum ha dejado claro que el pasado de sobreexplotación de los recursos naturales, especialmente en lo que respecta al petróleo, ha tenido un alto costo para México. Sin embargo, la actual administración busca rectificar este rumbo mediante una estrategia más responsable y sostenible. A través de la moderación en la producción y el impulso de fuentes de energía renovables, el gobierno mexicano está apostando por una transición energética que permita a México reducir su dependencia de los combustibles fósiles mientras asegura su autosuficiencia energética.
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