Un paso hacia la igualdad: México adopta lenguaje inclusivo en su Constitución
El 10 de diciembre de 2024 marcó un hito para la historia política de México. Con 113 votos a favor y solo uno en contra, el Senado aprobó incluir las palabras ‘presidenta’, ‘gobernadora’ y ‘presidenta municipal’ en 31 artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este cambio representa un avance significativo en la lucha por la igualdad de género y la visibilización de las mujeres en cargos de poder.
El dictamen, que fue enviado a la Cámara de Diputados para continuar con el proceso legislativo, busca reconocer oficialmente la presencia femenina en espacios tradicionalmente dominados por hombres. Además, esta reforma constitucional coincide con un momento histórico: Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera mujer presidenta de México.
La reforma: un cambio de fondo y forma
El lenguaje importa, y la inclusión de estas expresiones de género en la Constitución es mucho más que una cuestión simbólica. Según el Senado, esta medida busca erradicar estereotipos y visibilizar la representación femenina en el ámbito público, promoviendo un lenguaje que respete y refleje la realidad de una sociedad diversa.
La votación contó con un apoyo abrumador por parte de las principales bancadas: Morena, PT, PVEM, PRI, PAN y Movimiento Ciudadano. Sin embargo, Lilly Téllez, senadora del PAN, se manifestó como la única voz en contra, argumentando su desacuerdo con la reforma.
Más allá de las palabras: impacto en la política mexicana
Esta reforma tiene implicaciones profundas. Por primera vez, la Constitución reflejará la realidad de un México en transformación, donde las mujeres han ganado espacios cruciales en la política. Esto no solo afecta a la presidenta actual, sino a todas las mujeres que ocupan o aspiren a ocupar cargos como gobernadoras o presidentas municipales.
Para Sheinbaum y otras mujeres líderes, el reconocimiento en el lenguaje refuerza su legitimidad y empodera a las próximas generaciones. El mensaje es claro: las mujeres están aquí para liderar y ser reconocidas como tales.
Críticas y desafíos pendientes
Aunque la aprobación de esta reforma es celebrada por muchos, no está exenta de críticas. Detractores como Téllez han señalado que el cambio en el lenguaje no necesariamente resolverá las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres en la política, como la violencia de género o la brecha salarial.
Sin embargo, los defensores de la reforma aseguran que este es un primer paso hacia una mayor equidad. Como menciona el Senado en su comunicado oficial: “El lenguaje inclusivo es una herramienta para combatir la invisibilización histórica de las mujeres”.
¿Qué sigue? El papel de la Cámara de Diputados
El dictamen ahora está en manos de la Cámara de Diputados, donde se espera que sea aprobado sin mayores contratiempos. De ser así, México dará un paso más en su compromiso con la igualdad y la inclusión.
Este cambio no solo impactará a nivel legislativo, sino también en la percepción cultural y social, enviando un mensaje contundente: la igualdad no es negociable.


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