El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, sostuvo una reunión con productores de maíz del Bajío para buscar soluciones concretas a la crisis de precios y comercialización que afecta a los granos en la región. El encuentro, realizado en la Secretaría de Gobernación, marcó el inicio de una mesa permanente de diálogo que incluirá también temas de subsidios al agua y energía eléctrica para el riego agrícola.
Productores del Bajío, en busca de precios justos
La reunión tuvo como objetivo central garantizar una retribución justa para los agricultores, quienes en semanas anteriores realizaron movilizaciones sociales en estados como Guanajuato, Michoacán y Jalisco. Los productores han manifestado su preocupación por la caída en los precios del maíz, los altos costos de producción y la falta de canales de comercialización que les permitan obtener ganancias sostenibles.
De acuerdo con Berdegué, el encuentro fue franco y constructivo, y se acordó una nueva reunión para el lunes 27 de octubre en la Secretaría de Gobernación, donde se revisará una propuesta integral para el ciclo agrícola primavera-verano, particularmente en materia de comercialización del maíz.
“Son compañeros que en días pasados participaron en movilizaciones sociales en sus respectivos estados; se movilizaron muy preocupados por las condiciones de comercialización y de precios”, señaló el secretario al término del encuentro, que se prolongó por más de cinco horas.
Participación interinstitucional para atender las demandas
En la mesa de trabajo participaron representantes de diversas dependencias federales, entre ellas las Secretarías de Economía y de Bienestar, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y funcionarios de los gobiernos estatales de Michoacán, Jalisco y Guanajuato.
La intención es coordinar esfuerzos entre niveles de gobierno para atender de manera integral los principales problemas del sector agrícola: el acceso a recursos hídricos, el costo de la energía para el riego, la competencia desleal en el mercado y la falta de mecanismos de protección para los precios del maíz.
El secretario Berdegué enfatizó que el gobierno federal busca reconstruir el vínculo con los productores, reconociendo el papel estratégico del Bajío en la producción nacional de granos. Esta región concentra una parte significativa del maíz blanco que se destina tanto al consumo humano como a la industria alimentaria.
Compromisos del gobierno federal y próximos pasos
Durante el encuentro, Berdegué destacó la disposición de las autoridades para escuchar directamente a los productores y trabajar en conjunto en una propuesta de solución viable.
“Estamos todos comprometidos con esto; la voluntad del Gobierno de México es llegar a un buen acuerdo que facilite la comercialización y una justa retribución a los compañeros productores del Bajío”, afirmó.
El funcionario también agradeció la sinceridad y firmeza con la que los representantes del campo expusieron sus inquietudes, señalando que el diálogo es el camino para evitar más protestas y construir acuerdos duraderos.
En sus redes sociales, Berdegué destacó que la mesa de diálogo buscará acciones inmediatas y de largo plazo, entre ellas:
- El diseño de nuevos esquemas de comercialización con intermediarios y la agroindustria.
- La gestión de subsidios energéticos y de agua para reducir los costos de riego.
- La implementación de mecanismos de precios de garantía o de protección frente a la volatilidad del mercado.
Una región estratégica en el corazón agrícola del país
El Bajío mexicano —que abarca principalmente Guanajuato, Michoacán, Querétaro y Jalisco— es considerado una de las zonas agrícolas más productivas del país. Su contribución es clave en la producción de maíz, trigo, sorgo y hortalizas, así como en la generación de empleo rural.
Sin embargo, los agricultores de esta región enfrentan altos costos de insumos, sequías recurrentes y bajos precios de venta, lo que ha derivado en una creciente precarización del sector.
El diálogo impulsado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) busca atender de raíz estas problemáticas mediante un modelo de concertación entre gobierno y productores, que combine apoyos directos, créditos accesibles y políticas de mercado más equitativas.
Expectativas y retos del nuevo acuerdo agrícola
Los productores del Bajío esperan que las negociaciones resulten en medidas tangibles que les permitan mantener la rentabilidad de sus cultivos y competir en mejores condiciones frente a los grandes compradores e intermediarios.
Organizaciones campesinas han insistido en que el gobierno debe fortalecer los precios de garantía, ampliar el acceso a programas de apoyo al riego tecnificado y fomentar la soberanía alimentaria nacional, reduciendo la dependencia del maíz importado.
En este contexto, el compromiso del secretario Berdegué y de las dependencias participantes representa un paso importante hacia un pacto agrícola nacional, centrado en la justicia económica y la sostenibilidad rural.
Diálogo y compromiso para un campo más justo
La reunión en Gobernación marca un nuevo capítulo en la relación entre el gobierno y los productores del Bajío, quienes por primera vez en meses ven una apertura real para discutir soluciones de fondo.
Si los acuerdos se concretan, podrían sentar las bases para una política agrícola más inclusiva, donde el trabajo del campo sea valorado y retribuido justamente. Como afirmó Berdegué, “la voluntad del Gobierno de México está puesta en apoyar a quienes alimentan al país”.


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