Hablar de transformar el 25N no es simplemente una frase política. En México, donde miles de mujeres exigen cada día vivir sin miedo, la propuesta tiene un peso que atraviesa la historia, la memoria y la necesidad urgente de cambio. Este año, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprovecharon el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres para emitir un mensaje firme: la violencia no puede ser tolerada en ninguna forma, y es momento de que las instituciones asuman un compromiso más profundo y transformador.
El ministro Giovanni Figueroa Mejía tomó la palabra antes de presentar su proyecto. Pero lo que dijo no fue un discurso técnico, sino un recordatorio simbólico y humano: el legado de las hermanas Mirabal, asesinadas por alzar la voz, no pertenece al pasado; sigue interpelando a sociedades que aún luchan contra múltiples formas de violencia. Y ahí, en esa memoria dolorosa, comenzó su llamado a que el constitucionalismo no se quede en teorías, sino se convierta en acción.
Transformar el 25N: del discurso institucional al cambio social
Figueroa subrayó que el reto del Estado no es menor: convertir los principios constitucionales de igualdad y justicia en realidades palpables. Aquí volvió a sonar el eco de la idea de transformar el 25N, esta vez como exigencia.
Para él, el color naranja y las consignas cada año no pueden seguir siendo simples alertas: deben ser señales del inicio de una nueva realidad, una donde las mujeres vivan seguras, acompañadas y libres. No se trata solo de recordar: se trata de cambiar la manera en que el país entiende, combate y repara la violencia.
A la mitad de su intervención, el ministro dejó claro que transformar el 25N es más que un lema. Es la obligación moral e institucional de convertir la indignación social en políticas, sentencias, protocolos y decisiones que sí modifiquen la vida real de las mujeres.
Voces desde la SCJN: el llamado a no dejar solas a las mujeres
Otros ministros continuaron el mensaje desde redes. Yasmín Esquivel Mossa subrayó que ninguna mujer debe enfrentar la violencia en silencio. Su publicación fue un recordatorio de que acompañar y escuchar son acciones indispensables para construir redes de apoyo capaces de salvar vidas.
“A ninguna mujer se le debe decir que está sola”, escribió, insistiendo en que las instituciones deben caminar junto a quienes viven miedo o riesgo. La idea es clara: el bienestar y la seguridad de las mujeres no pueden depender de esfuerzos individuales, sino de un soporte estructural que responda con eficacia y sensibilidad.
Por su parte, el ministro Irving Espinosa fue tajante: la violencia contra las mujeres no puede ser normalizada, tolerada ni minimizada en ningún espacio. Su eliminación, dijo, no es solo responsabilidad del Estado, sino un compromiso ético de toda la sociedad.
25N: una fecha que México todavía necesita transformar
Cada año, México se viste de naranja. Cada año, las consignas suenan más fuerte. Pero también cada año, los datos de violencia y desaparición insisten en recordarnos que falta mucho por hacer.
Por eso la insistencia de la SCJN en transformar el 25N no es retórica: es diagnóstico. Significa pasar de conmemoración a transformación. Implica revisar cómo fallan las fiscalías, cómo se investigan los feminicidios, cómo se protege a las víctimas, cómo se capacita a policías, jueces y agentes del Ministerio Público.
El poder judicial —desde la Corte— manda un mensaje: la deuda histórica no se puede saldar solo con discursos emotivos.
Hacia una nueva realidad para las mujeres
Transformar esta fecha, y lo que representa, implica cambiar estructuras. Implica entender que la violencia contra las mujeres no es un asunto privado, ni doméstico, ni aislado. Es un problema social que afecta a todo el país, a sus instituciones, a sus comunidades y a su futuro.
Por eso, al cerrar su discurso, Figueroa imaginó un 25N diferente: uno donde los llamados no sean advertencias, sino celebraciones de una nueva realidad en la que todas las mujeres vivan libres, seguras y plenas.Ese es el objetivo. Ese es el desafío. Y ese es el verdadero significado de transformar el 25N.
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