Las plataformas tecnológicas y su impacto en el trabajo
El auge de las plataformas digitales ha revolucionado el mercado laboral, ofreciendo flexibilidad y autonomía para millones de personas. Sin embargo, esta revolución tecnológica también ha expuesto la precariedad de muchos trabajadores que operan sin seguridad social ni derechos básicos, convirtiéndose en piezas desechables de un engranaje que se beneficia de su labor.
En México, donde más del 55% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, las plataformas se han convertido en una alternativa atractiva, pero no exenta de riesgos.
¿Por qué es urgente regular el trabajo en plataformas?
Incorporación al sistema de seguridad social
La falta de acceso a prestaciones como atención médica, pensiones y vacaciones perpetúa la vulnerabilidad de los trabajadores. Regular estas plataformas garantizaría un mínimo de protección social y promovería un mercado laboral más inclusivo.
Beneficios para las empresas tecnológicas
Una fuerza laboral protegida no solo mejora el bienestar de los trabajadores, sino que fortalece el mercado interno. Además, las empresas que promueven condiciones laborales justas consolidan su prestigio como actores responsables en la sociedad.
México y el reto de la informalidad
En un país donde la mayoría de los trabajadores no tiene acceso a prestaciones formales, la regulación de las plataformas no solo beneficia a quienes las usan como medio de sustento. También contribuye a reducir la informalidad, fortaleciendo la demanda interna y promoviendo un crecimiento económico más sostenible.
Mirando hacia el futuro: la inteligencia artificial y el trabajo
La discusión actual sobre plataformas digitales es solo el inicio. Tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) plantean nuevos retos, desde la automatización hasta la desigualdad.
IA como herramienta de inclusión
En lugar de reemplazar a los trabajadores, la IA debe convertirse en una herramienta para construir un sistema laboral más equitativo. Siguiendo el modelo de «decommodification» de Gøsta Esping-Andersen, es posible avanzar hacia un mundo donde las personas no dependan exclusivamente de su empleo para acceder a derechos básicos.
Innovación y justicia social: un equilibrio posible
La innovación no está reñida con la justicia social. Regular el trabajo en plataformas es un primer paso hacia un futuro donde la tecnología sirva como palanca de equidad y bienestar.
Un enfoque tecnopositivo imagina un mundo donde trabajemos para vivir, no vivamos para trabajar, y donde los avances tecnológicos estén al servicio de una sociedad más justa.
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