Sheinbaum y el récord de reformas: Una Constitución en constante cambio
En los primeros 62 días de su gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum ha promulgado siete decretos de reforma constitucional, superando a líderes históricos como Elías Calles, Emilio Portes Gil y Ruiz Cortines. El ritmo es tan vertiginoso que ningún otro presidente reciente, salvo Lázaro Cárdenas, se le acerca con cinco reformas en el mismo lapso.
Desde su llegada, 19 artículos de la Constitución han sido modificados, representando casi el 14% del texto total. Estas cifras no solo reflejan una voluntad de cambio, sino también una tendencia a abordar cuestiones específicas que podrían debatirse en leyes secundarias en lugar de la norma fundamental.
¿Qué se está reformando y por qué tan rápido?
La velocidad de las reformas
El caso más emblemático es el del artículo 28. Reformado y publicado el 30 de octubre, su nueva versión solo vivió 24 horas antes de ser modificada nuevamente. Este récord temporal evidencia una tendencia alarmante: legislar a toda prisa, sin un debate profundo.
Del macro al micro: Temas que no pertenecen a la Constitución
En los últimos años, la Constitución ha pasado de ser un marco legal básico a convertirse en un documento hiperregulado. Detalles como el número de páginas para la postulación de jueces, el contenido de programas educativos o incluso horarios de medios de comunicación, están ahora inscritos en el texto constitucional.
Un legado de hiperregulación: De Peña Nieto a la 4T
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, se realizaron 156 modificaciones constitucionales. Desde el gobierno de López Obrador hasta los primeros meses de Sheinbaum, ya suman 115. Lo que marca la diferencia no es solo la cantidad, sino la velocidad reciente: una reforma cada nueve días desde que Morena consolidó su mayoría calificada.
Este frenesí legislativo no es exclusivo de la Cuarta Transformación. La tendencia a incluir regulaciones detalladas en la Constitución inició con el neoliberalismo, pero ahora ha alcanzado niveles que muchos califican de excesivos.
El problema de usar la Constitución como lista de pendientes
La Constitución debería ser el marco que organiza la vida jurídica y política del país, no un compendio de reglas minuciosas. Sin embargo, el uso excesivo de este instrumento legal para incluir regulaciones específicas tiene varias consecuencias negativas:
- Debilitamiento institucional: Una Constitución sobrecargada y difícil de cumplir se convierte en letra muerta.
- Falta de flexibilidad: Cambios en aspectos como políticas públicas o regulaciones menores requieren reformas constitucionales en lugar de ajustes legislativos.
- Desgaste democrático: La rapidez con la que se aprueban las reformas puede pasar por alto el debate necesario en una democracia saludable.
¿Hacia dónde vamos?
Con reformas en proceso como el fentanilo y los vapeadores, parece que la hiperregulación de la Constitución es una tendencia irreversible. Aunque estos temas son importantes, incluirlos en la norma suprema no garantiza su cumplimiento ni solución efectiva.
El gobierno de Sheinbaum enfrenta el desafío de encontrar un equilibrio entre el cambio y la estabilidad. Para que estas reformas no se conviertan en meros actos performativos, será fundamental enfocarse en una implementación efectiva que respalde el espíritu transformador de estas modificaciones.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.
TE PODRÍA INTERESAR