El inicio de un pleito innecesario
En días recientes, la presidenta Claudia Sheinbaum y su administración han cuestionado un reportaje de The New York Times sobre la producción de fentanilo en laboratorios clandestinos de Culiacán. Aunque no es la primera vez que un medio internacional aborda este tema, el gobierno decidió confrontar directamente al periódico, provocando dudas sobre las razones detrás de este conflicto.
¿Por qué esta disputa? ¿Qué motiva al gobierno a desmentir algo que incluso funcionarios estadounidenses y reportes previos ya han reconocido?
El contexto: Reportajes sobre laboratorios clandestinos en México
El artículo del Times, escrito por Natalie Kritoeff, no es el primero en abordar la producción de fentanilo en México. Medios como Le Monde, Channel 4 y The Wall Street Journal han documentado estas operaciones clandestinas, en algunos casos con reportajes presenciales.
¿Qué revela el reportaje del NYT?
El texto describe cómo cárteles como el de Sinaloa fabrican fentanilo en laboratorios improvisados, aprovechando la alta rentabilidad y la baja complejidad técnica para su síntesis. Esto coincide con datos del propio gobierno mexicano, que han señalado un crecimiento en la producción local de esta droga.
Sin embargo, la administración Sheinbaum desestimó estas afirmaciones, calificándolas como exageraciones.
Tres razones para evitar este conflicto
1. No es la primera vez que se habla de fentanilo en México
Diversos reportajes ya habían abordado la fabricación de fentanilo en el país antes del artículo del NYT. Entonces, ¿por qué reaccionar ahora?
- Historial de reportajes similares: La producción de fentanilo ha sido confirmada por múltiples fuentes.
- Postura oficial inconsistente: Mientras Sheinbaum niega la fabricación, informes oficiales y declaraciones como las de Ken Salazar, embajador de México en EE. UU., reconocen su existencia.
2. La discusión parece irrelevante
Debatir sobre si México produce o no fentanilo puede parecer un intento de desviar la atención del problema real: la creciente demanda en Estados Unidos y la necesidad de combatir el tráfico ilícito.
- Fentanilo: un problema global: Negar la producción no elimina la responsabilidad compartida de México y EE. UU.
- ¿Perder credibilidad? En lugar de enfocarse en soluciones, el gobierno arriesga su relación con un medio influyente como el NYT.
3. Aliados necesarios en tiempos difíciles
Con el regreso de Donald Trump y un Congreso republicano en EE. UU., México enfrentará nuevos retos en temas como migración y comercio. En este contexto, enemistarse con un medio que históricamente ha sido crítico del trumpismo podría ser un error estratégico.
- The New York Times como aliado potencial: Sus posturas suelen estar alineadas con intereses mexicanos en debates internacionales.
- Un puente roto: Esta confrontación podría dificultar futuras colaboraciones.
¿Qué hay detrás de este pleito?
El conflicto podría tener razones políticas y estratégicas:
- Continuidad discursiva: Al igual que López Obrador, Sheinbaum podría estar negando la producción de fentanilo para evitar críticas sobre el manejo del narcotráfico.
- Críticas personales: La corresponsal Natalie Kritoeff ha publicado artículos críticos sobre el gobierno, lo que podría motivar la disputa.
¿Quién tiene la razón?
The New York Times no está exento de errores. A lo largo de su historia, ha enfrentado críticas por fallos en su cobertura, como el caso de Walter Duranty en los años 30. Sin embargo, a diferencia de otros medios, el Times ha rectificado en varias ocasiones, pidiendo disculpas públicamente.
En este caso, su reportaje parece estar respaldado por evidencia, coincidiendo con informes de medios y agencias internacionales.
Un conflicto evitable
El pleito entre el gobierno de Sheinbaum y The New York Times parece más un error estratégico que una respuesta necesaria. Negar la producción de fentanilo en México no cambia la realidad documentada por múltiples fuentes, ni mejora la percepción del país en el ámbito internacional.
Con los retos que se avecinan en la relación México-Estados Unidos, es momento de priorizar alianzas y enfocarse en soluciones concretas, en lugar de generar conflictos innecesarios.
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