La administración de Claudia Sheinbaum enfrenta cuestionamientos tras operativos de las Fuerzas Armadas con múltiples muertes y denuncias de abuso en México.
El primer mes de Claudia Sheinbaum al frente de México ha dejado una marca intensa en el tema de seguridad. Con un enfoque que prometía la búsqueda de paz mediante la justicia, el arranque de su administración quedó envuelto en operativos militares que dejaron un saldo de al menos 51 muertos, incluyendo civiles y presuntos delincuentes, lo que ha generado un debate encendido sobre el papel de las Fuerzas Armadas y su manejo en la actual estrategia de seguridad.
Este inicio violento reabre la discusión sobre el balance entre seguridad y derechos humanos en México, un tema que marca cada vez más la política de seguridad en el país.
La promesa de seguridad y los primeros eventos trágicos
Sheinbaum asumió el poder el 1 de octubre de 2023, con un discurso enfocado en la justicia como camino hacia la paz. Sin embargo, el mismo día de su toma de protesta, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) realizó un operativo en Chiapas que terminó con la muerte de seis migrantes de diversas nacionalidades. El Ejército aseguró que sus elementos fueron agredidos, pero la respuesta letal ha sido fuertemente criticada por organizaciones civiles y defensoras de derechos humanos, quienes señalan un uso excesivo de la fuerza.
Además, en Colima, cámaras de vigilancia captaron a presuntos elementos de la Secretaría de Marina irrumpiendo violentamente en dos domicilios. Los operativos terminaron con la desaparición de ocho personas, de las cuales seis fueron encontradas asesinadas posteriormente. Estos incidentes han levantado preguntas sobre la supervisión y control de las acciones de las Fuerzas Armadas en todo el país.
Nuevo Laredo: una familia afectada en un fuego cruzado
Un segundo caso resonante ocurrió en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el 11 de octubre, donde un enfrentamiento entre militares y supuestos delincuentes resultó en la muerte de Yuricie Rivera, enfermera del IMSS, mientras viajaba con su familia. La situación se tornó trágica cuando su esposo declaró que el Ejército disparó directamente contra su vehículo, dejando a su hijo como único testigo. Este caso ha levantado un clamor por respuestas y ha puesto bajo escrutinio la postura de las autoridades ante el uso de la fuerza en áreas urbanas, donde la línea entre proteger a la ciudadanía y ponerla en riesgo parece cada vez más borrosa.
Sinaloa y Guerrero: la violencia a gran escala
El 21 de octubre, Sinaloa vivió uno de los episodios más violentos del último año cuando elementos del Ejército respondieron a una emboscada de 30 supuestos sicarios, lo que dejó un saldo de 19 civiles muertos y un detenido, Edwin Antonio Rubio, presunto operador del cártel de Sinaloa. En paralelo, en Tecpan de Galeana, Guerrero, una confrontación entre el Ejército y un grupo armado dejó otros 17 muertos.
Estos eventos han generado un fuerte contraste con la visión de Sheinbaum sobre un México en paz y han dado pie a múltiples críticas, tanto de la oposición como de la sociedad civil, quienes piden una estrategia de seguridad más eficaz y menos violenta.
Reflexiones sobre la estrategia militar en México
El inicio de Sheinbaum ha demostrado una continuidad en el enfoque de seguridad militarizada, característico de sus predecesores. Sin embargo, los eventos recientes sugieren que se requiere una revisión urgente de la estrategia para evitar abusos y reducir el uso letal de la fuerza.
Los desafíos de su administración son evidentes. Al enfrentar la presión de combatir el crimen organizado, su gobierno también debe responder a las preocupaciones de derechos humanos y la creciente demanda de justicia en estos operativos. Con la mirada del país sobre estos incidentes, la administración de Sheinbaum se encuentra en una encrucijada: lograr un equilibrio entre la seguridad y el respeto a los derechos humanos en uno de los contextos más complejos que ha enfrentado el país en los últimos años.
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