Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado y legislador de Morena, rompió el silencio tras la pelea con Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI. El legislador denunció que ha sido víctima de un linchamiento mediático que busca responsabilizarlo de una confrontación que, según él, fue provocada por la oposición.
En entrevista con W Radio, Noroña respondió a las críticas con una declaración contundente:
“Es como cuando dicen que a una mujer la violan por cómo iba vestida”.
El morenista explicó que los señalamientos en su contra reproducen patrones de revictimización similares a los que sufren mujeres víctimas de violencia sexual.
La pelea en el Senado: versión de Noroña
El legislador relató que fue rodeado por legisladores del PRI y PAN durante la entonación del Himno Nacional en la Comisión Permanente.
Según su testimonio, “Alito se subió con seis porros disfrazados de legisladores”, de los cuales tres lo agredieron físicamente. Aseguró que recibió golpes en el rostro y que su colaborador, Emiliano González, también fue atacado.
Noroña responsabilizó directamente a Alejandro Moreno, Pablo Angulo Mancilla y Erubiel Alonso de las agresiones, y cuestionó la presencia de diputados que no eran miembros de la Comisión Permanente.
Acusaciones cruzadas y denuncias legales
El enfrentamiento escaló al terreno judicial. Noroña presentó denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR) por agresión física, amenazas de muerte, lesiones a su colaborador y daño a la propiedad. Incluso solicitó el desafuero de los legisladores involucrados.
Por su parte, Alito Moreno se defendió asegurando que él fue la víctima de intimidaciones y amenazas, y pidió integrarse al Mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, alegando persecución política.
Ambos bandos han interpuesto denuncias formales, lo que convierte el caso en un nuevo episodio de polarización entre Morena y el PRI.
El trasfondo político: democracia en disputa
Para Noroña, la violencia en el Senado refleja la desesperación de la oposición, que –según dijo– busca frenar la instalación del nuevo Poder Judicial y mantener privilegios políticos. Alertó sobre el avance del “fascismo” en México y advirtió que dejar impunes las agresiones representa un riesgo para la democracia.
El legislador cerró con una reflexión:
“Los problemas políticos se resuelven políticamente, con debate e ideas, no con seis personas subiéndose a golpearte”.
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