Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado y legislador de Morena, se ha visto envuelto en polémicas sobre su patrimonio. Sin embargo, el senador sostiene que su casa de 12 millones de pesos en Tepoztlán es producto de su trabajo y no de vínculos ilícitos.
Noroña responde a acusaciones y calumnias
En recientes declaraciones, Noroña aseguró ser víctima de una campaña de calumnias impulsada por la derecha y algunos medios de comunicación. El legislador negó cualquier relación con el crimen organizado y desafió a quienes lo vinculan con el narco a que presenten pruebas concretas.
“El patrimonio que yo tengo lo he construido con muchísimo trabajo y esfuerzo, nadie me ha regalado nada absolutamente nadie y mucho menos un grupo criminal”, afirmó el senador.
Sin temor a declaraciones de narcotraficantes
El legislador también se refirió a posibles declaraciones de Ismael “Mayo” Zambada y otros narcotraficantes en Estados Unidos, señalando que no le preocupa lo que puedan decir mientras no exista evidencia verificable.
“Los narcos que fueron enviados a Estados Unidos pueden declarar lo que la DEA o la CIA quieran. Yo dejo en claro que cualquier acusación que hagan, que la prueben”, expresó Noroña.
Casa en Tepoztlán: más allá de la polémica
La vivienda del senador, ubicada en Tepoztlán y valorada en 12 millones de pesos, ha sido presentada por él como una propiedad de nivel medio. Noroña explicó que lleva un año pagando la casa con sus ingresos en el Senado y a través de actividades en redes sociales, dejando en claro que su patrimonio es resultado de su esfuerzo y trabajo.
“Que investiguen lo que quieran, que se metan en mis cuentas, que revisen lo que les dé la gana”, retó el legislador, enfatizando la legalidad de su patrimonio.
La importancia de la evidencia en la política
El caso de Noroña refleja la necesidad de pruebas sólidas antes de realizar acusaciones políticas o mediáticas. Las campañas de desinformación pueden afectar la reputación, pero la transparencia y la documentación clara del patrimonio fortalecen la confianza del público.
Gerardo Fernández Noroña mantiene firme su postura: su patrimonio es legal, transparente y fruto de su trabajo, mientras reta a opositores y medios de comunicación a presentar evidencias claras. Su caso pone de relieve la importancia de la responsabilidad mediática y política en la difusión de información.
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