La historia volvió a repetirse en el Senado mexicano: los magistrados ocuparon el centro del debate político en una sesión cargada de tensiones, discursos cruzados, acusaciones de control institucional y un resultado predecible desde el inicio. Morena y sus aliados lograron la mayoría calificada para aprobar a los 20 magistrados del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA) propuestos por la presidenta Claudia Sheinbaum, una decisión que marca un nuevo capítulo en la relación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial.
Desde temprano, los pasillos del Senado vibraban con la certeza de que el bloque oficialista conseguiría los votos necesarios. El ambiente era denso. Senadores de oposición revisaban papeles, discursos y argumentos. Los morenistas sonreían con seguridad. Las negociaciones internas, sin embargo, dejaban ver fisuras incluso dentro del oficialismo. Y así comenzó la sesión que terminaría por definir el futuro inmediato del TFJA.
El camino político hacia la ratificación de los magistrados
Con 66 votos a favor y 32 en contra, Morena, PT y PVEM alcanzaron exactamente las dos terceras partes que exige la Constitución para estos nombramientos. En teoría, un procedimiento rutinario. En la práctica, un choque frontal entre visiones completamente opuestas sobre la independencia y el rumbo del Tribunal.
Incluso dentro del propio Morena surgió un inesperado desacuerdo. Los senadores Guadalupe Chavira y Heriberto Marcelo Aguilar expresaron públicamente su rechazo a la ratificación de Miguel Ernesto Pompa Corella, exsecretario de gobierno en Sonora. Esa grieta fue aprovechada por Clemente Castañeda, coordinador de MC, quien pidió votar de manera separada el caso de Pompa Corella. Pero el bloque oficialista cerró filas y rechazó la propuesta.
La oposición trazó entonces una narrativa sólida: advertir que los nuevos magistrados estaban demasiado vinculados al gobierno de la 4T. Entre los señalamientos más intensos estuvieron los dirigidos a Yamil Villalba Villarreal, de quien se cuestionó su cercanía con Luisa María y Bertha Alcalde, figuras clave dentro del aparato político y jurídico de Morena.
Argumentos que encendieron el debate sobre los magistrados
Durante su comparecencia, Villalba fue cuestionado sobre la posibilidad de excusarse en asuntos donde participaran las hermanas Alcalde. Él respondió que no lo haría. Esa declaración fue gasolina pura para la oposición, especialmente para el PAN. El senador Raymundo Azócar la calificó de prueba irrefutable de parcialidad.
Pero no fue el único caso señalado. Jorge Enrique Meza Gómez —exjefe de la oficina de la presidenta del Tribunal Electoral, Mónica Soto— fue otro de los nombramientos combatidos por PAN, PRI y MC. La oposición acusó que estos perfiles debilitaban la autonomía del TFJA, lo contaminaban políticamente y abrían la puerta a resoluciones alineadas al oficialismo.
En un momento álgido del debate, la senadora priísta Cristina Ruíz acusó directamente:
“Aquí se propone a una exdiputada de Morena convertida hoy mágicamente en una técnica, a un extrabajador de Claudia Sheinbaum, a operadores políticos ligados a Adán Augusto, a exfuncionarios del SAT… perfiles formados en la obediencia política”.
Las palabras resonaron en el pleno. Algunos senadores murmuraron. Otros aplaudieron. Pero la mayoría oficialista permaneció inmutable.
La defensa del bloque oficialista y el discurso de legitimidad
Manuel Huerta Ladrón de Guevara, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Primera, respondió con contundencia. Señaló que las críticas de la oposición carecían de fundamento y que los nuevos magistrados no serían empleados de ningún grupo político. “No vienen a replicar la vieja lógica del favor político a cambio de impunidad fiscal”, aseguró.
La morenista Nora Rivalcaba, la petista Lizeth Sánchez y la también morenista Blanca Judith Díaz reforzaron esta postura. Negaron cualquier intención de subordinación política y señalaron la hipocresía del PAN y el PRI, cuyos gobiernos, recordaron, también intervinieron históricamente en la designación de magistrados.
El senador del PVEM, Jorge Carlos Ramírez Marín, sumó otro argumento: en el pasado, priistas y panistas nombraron incluso a exlegisladores como magistrados de Sala Superior, y muchos de ellos han realizado un buen trabajo. El mensaje era claro: la oposición no tenía autoridad moral para criticar.
Los magistrados toman protesta y arranca una nueva etapa
Tras el debate, los 20 magistrados —para un periodo de 10 años— subieron al pleno para recibir su constancia entre aplausos de la mayoría de legisladores de la 4T. Entre ellos: Jorge Muñoz Barrett, Miguel Ernesto Pompa Corella, Jorge Enrique Mata Gómez, Mayra Alicia Alvarado Cruz, Fernando Cruz Ventura, Yamil Villalba Villarreal, Elizabeth Bautista Velasco y otros.
Con su ratificación, se cierra un capítulo político, pero se abre otro en el TFJA: ¿mantendrá su autonomía o responderá a nuevas lealtades?
Lo cierto es que, como al inicio y al final de esta historia, serán los magistrados quienes determinarán en sus sentencias si este proceso fue una formalidad democrática o un giro estructural dentro de la justicia administrativa en México.
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