Los primeros 100 días de un gobierno son una etapa simbólica: un termómetro inicial de las políticas, decisiones y estrategias que definirán el rumbo del sexenio. En el caso de Claudia Sheinbaum, su gestión ha sido un ejercicio de equilibrio entre la continuidad de la “Cuarta Transformación” y el intento de imprimir su propio sello.
El pasado domingo, Sheinbaum presentó su informe de 100 días. En un tono que recuerda al estilo de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, reiteró su compromiso con el «humanismo mexicano«. Sin embargo, también dejó entrever ciertas diferencias que podrían marcar el inicio de un estilo de gobierno propio.
La línea obradorista: continuidad a todo volumen
La presidenta retomó muchos de los elementos que han caracterizado al obradorismo:
- Discurso enfocado en la justicia social: Reiteró los logros en empleo y seguridad, aunque algunos datos han sido cuestionados por analistas independientes.
- El humanismo mexicano como eje rector: Un marco ideológico que busca cimentar las políticas sociales en valores de inclusión y equidad.
- Apoyo a programas sociales: Incluyendo aumentos en el presupuesto destinado a las pensiones para adultos mayores y becas educativas.
A pesar de estas continuidades, su discurso también incluyó anuncios que podrían marcar diferencias significativas.
Tres novedades que distinguen a Sheinbaum
Aunque Sheinbaum evita distanciarse explícitamente de López Obrador, hay acciones que destacan por su enfoque y potencial impacto:
- Reconocimiento al trabajo de las mujeres
La presidenta anunció un programa específico para apoyar a un millón de mujeres de 63 y 64 años. Este gesto, aunque simbólico, resalta una diferencia en la narrativa del cuidado y la equidad de género.
«Por primera vez, vamos a reconocer el trabajo de las mujeres mexicanas«, afirmó Sheinbaum. - Estrategia de seguridad más integral
En contraste con el lema “abrazos, no balazos”, Sheinbaum introdujo un enfoque que combina:- Atención a las causas estructurales de la violencia.
- Fortalecimiento de la Guardia Nacional.
- Mayor uso de inteligencia, investigación y coordinación.
Aunque los detalles aún son vagos, este cambio de tono podría ser una señal de que la seguridad pública tendrá un enfoque más estratégico.
- Plan México: Hacia una política industrial ambiciosa
Sheinbaum presentó el «Plan México«, un proyecto que busca aprovechar el contexto del nearshoring para fortalecer la economía nacional. Sus principales objetivos incluyen:- Sustituir importaciones.
- Incrementar la proveeduría local.
- Aumentar el contenido nacional en las cadenas globales de valor.
Sin embargo, este ambicioso plan enfrenta desafíos en un país con debilidades estructurales como la falta de Estado de Derecho y la prevalencia de la corrupción.
Retos y oportunidades del gobierno de Sheinbaum
A pesar de los avances, los primeros 100 días también han evidenciado algunos retos:
- Extorsión y corrupción: Sin un fortalecimiento institucional, proyectos como el «Plan México» podrían ser víctimas del «capitalismo de cuates«.
- Estado de Derecho débil: La falta de confianza en las instituciones sigue siendo un obstáculo para atraer inversión y garantizar la seguridad.
- Diferenciación de la narrativa obradorista: Aunque intenta imprimir su propio sello, Sheinbaum aún camina bajo la sombra de su antecesor.
¿Qué podemos esperar del gobierno de Sheinbaum?
A 100 días de su mandato, Claudia Sheinbaum enfrenta el desafío de consolidar su liderazgo sin romper con la base de apoyo obradorista. Aunque la continuidad es evidente, hay señales de un esfuerzo por adoptar un enfoque más pragmático en temas como seguridad y política industrial.
El tiempo dirá si estos intentos logran trascender para convertirse en transformaciones reales o si permanecerán como promesas en un discurso que aún lucha por diferenciarse.
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