El 15 de septiembre se marcó un precedente en la historia democrática de México: la reforma judicial que establece la elección de jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación por voto popular. Este cambio, inédito en el país, asigna al Instituto Nacional Electoral (INE) la responsabilidad de organizar y garantizar la legalidad de este proceso.
Sin embargo, las primeras decisiones en torno a su implementación, como el diseño de las boletas, han desatado críticas y preocupaciones sobre la equidad y accesibilidad del ejercicio electoral.
¿Cómo será la elección de jueces y magistrados?
Por primera vez, las personas juzgadoras serán elegidas mediante el voto directo de la ciudadanía. Este cambio busca democratizar el Poder Judicial y acercar a la población a la toma de decisiones en temas de justicia.
Rol del INE
El INE, con recursos limitados y tiempos ajustados, deberá organizar este complejo ejercicio democrático. Entre sus primeras tareas, destaca el diseño de las boletas electorales, aprobado en diciembre de 2024.
El diseño de boletas: Una decisión controvertida
¿Qué implica el nuevo diseño?
El formato aprobado exige que los votantes escriban manualmente los números de las candidaturas de su preferencia en recuadros específicos.
Críticas al formato
- Confusión y errores: Escribir números manualmente podría derivar en problemas para distinguir dígitos similares (por ejemplo, 1 y 7 o 3 y 8).
- Brechas de alfabetización: Según el INEGI, 4.4 millones de personas mayores de 15 años son analfabetas. Este sector, compuesto mayoritariamente por mujeres y personas mayores, enfrenta barreras significativas para participar en este proceso.
- Inequidad: Obligar a escribir números podría discriminar contra personas con dificultades de lectura o escritura, contraviniendo principios de igualdad electoral.
El impacto del analfabetismo en el ejercicio del voto
En México, los desafíos de alfabetización afectan directamente la participación ciudadana:
- Desigualdad de género: El 13% de las mujeres en zonas rurales son analfabetas, comparado con el 4% en áreas urbanas.
- Personas mayores vulnerables: El 16% de las personas mayores de 60 años no sabe leer ni escribir, limitando su capacidad de votar en igualdad de condiciones.
El diseño actual de las boletas no considera estos desafíos, lo que podría excluir a sectores significativos de la población.
Derechos humanos y progresividad electoral
Jurisprudencia y principios internacionales
La Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) han establecido que el principio de progresividad debe garantizar la evolución y accesibilidad de los derechos político-electorales.
Obligaciones del Estado
México, como signatario de tratados internacionales, tiene la responsabilidad de asegurar que todas las personas puedan ejercer su derecho al voto sin discriminación. Esto incluye adoptar medidas inclusivas, como boletas accesibles para personas analfabetas o con discapacidades.
Propuestas para un proceso más inclusivo
Para maximizar la participación ciudadana y garantizar un proceso electoral equitativo, el INE podría considerar:
- Boletas con opciones marcadas: Implementar casillas de selección en lugar de escritura manual.
- Capacitación y sensibilización: Formación intensiva para funcionarios de casilla sobre atención a votantes con dificultades de escritura.
- Apoyo tecnológico: Introducir herramientas como plantillas táctiles o dispositivos electrónicos en zonas rurales o de alta vulnerabilidad.
- Campañas informativas: Diseñar campañas específicas para explicar el proceso a personas mayores y comunidades con alto índice de analfabetismo.
La elección de jueces y magistrados por voto popular es un avance democrático, pero también plantea retos significativos. El diseño de boletas y la accesibilidad al voto serán determinantes para el éxito de este histórico proceso electoral.
El INE debe priorizar la inclusión y la igualdad, atendiendo a las necesidades de todos los votantes, especialmente aquellos que enfrentan barreras estructurales como el analfabetismo.
En un país donde la democracia ha avanzado gracias a la confianza ciudadana, este proceso no debe ser la excepción. Maximizar los derechos políticos de todas y todos es el camino hacia una justicia más cercana y equitativa.
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